Directora del cortometraje “Voces al Viento”, seleccionado en Competencia Talento Nacional

Unos meses atrás les contaba que 35 milímetros había patrocinado un cortometraje y que éste había sido, felizmente, seleccionado junto a otros 17 trabajos hechos en Chile -de más de un centenar recibidos al concurso- en la Competencia Talento Nacional. Esta es la competencia de cortometrajes en el Santiago Festival Internacional de Cine, SANFIC 8. Como saben, este festival está actualmente está en curso -¡no se lo pierdan, termina este sábado 25!- y por lo que he podido ver, asistiendo a él durante los días pasados, está realmente sobrecargado de excelente contenido.

Daniela Prado (izquierda).
Daniela Prado (izquierda).

Hoy conversamos con Daniela Prado Sarasúa (24), la joven directora detrás de «Voces al Viento» junto a la productora D-Tales, para que nos cuente más sobre su primer cortometraje, que fué realizado dentro del marco de sus estudios con mención en Cine, en la carrera de Comunicación Audiovisual en la Universidad UNIACC. «Voces al Viento» es protagonizado por María Gracia Omegna (Joven y Alocada) y César Caillet (Prófugos). El cortometraje se ha estrenado en SANFIC 8 el pasado martes 21 de agosto, repitiéndose mañana, jueves 23 de agosto, a las 15:45 hrs en CineHoyts Parque Arauco, en el bloque de Cortos 1, junto a «Bosque Quemado», «Líneas Telefónicas», «La Santa», «Campo» y «Acordes de Sol».

Lo primero que me llama la atención es el trabajar una historia, para tu cortometraje, desde la ciencia ficción. Eso, en primer lugar, es una cosa bien osada y poco usual, al menos en Chile. ¿Cómo y por qué decidiste trabajar la historia dentro de ese género?

En realidad todo parte de la base de querer hacer un mundo ficticio, pero uno no tan lejano al mundo real. En el fondo, el género de la ciencia ficción viene de la mano con eso, no es que yo me dijera “quiero hacer una película de ciencia ficción” sino que en mi tema, que es mostrar una exageración de la realidad o de lo que podemos llegar a ser, el género que mejor me lo permitía era la ciencia ficción.

La ciencia ficción una de las “gracias” que tiene, podríamos decir, es el poder usar el pretexto de mostrar, por ejemplo, sociedades represivas, como ocurre en tu cortometraje, donde hay una sociedad santiaguina bien dura, muy difícil de sobrellevar, y donde no se puede ni siquiera conversar –¡es bien extremista!- para tocar otras temáticas más contemporáneas.

Sí. La misión del cortometraje, a través de esta historia, era la de mostrar un tema principal y otros temas colgados a partir de este. El tema principal es el de la represión.

¿Qué otros temas son los que se cuelgan de la represión?

Para mi es el cómo, como sociedad, nos vamos acostumbrando a lo que se nos va entregando, sin cuestionarnos en lo que estamos y hacia donde vamos.

Hay una línea en común con otras películas distópicas, como 1984, o películas como Brazil de Terry Gilliam, donde es común la presencia de carteles del gobierno por todos lados –y hay un trabajo de arte en tu cortometraje que está muy bueno al respecto- o la de elementos como voces en off “oficiales” y otros elementos más que están presentes en la ciudad ¿estas películas fueron referentes para “Voces al Viento”?

Sí, claro, bueno, y Fahrenheit 451 es el referente más grande, por el oficio del protagonista, que es escritor. Hay algo también de V de Vendetta, una película que es un poco más contemporánea que las que me mencionaste, donde también hay un gobierno muy represivo.

¿De dónde parte la idea del guión?

Parte de la idea del mate prohibido, ese es el punto de inicio del guión. Desde ahí a se le sumó la de la relación prohibida, osea, la historia de amor entre los dos personajes. Eso formó un esqueleto que después se fue estructurando con otras cosas. Buscar las locaciones te va definiendo bastante de como va ser la historia, porque uno se va adaptando a lo que uno va encontrando, también. En este caso me refiero al sótano, que es una muy buen locación, que en vez de restringirnos nos abrió muchas puertas para poder hacer más cosas. Ese set lo armamos una semana antes de empezar a grabar, fue un gran acierto.

Y el sótano tiene algo que es más de realidad que de set también, se ve como un espacio intervenido -con algunos elementos que ustedes pusieron- pero el espacio ya tiene una riqueza propia, en sus muros, en sus texturas. Creo que eso les ayudó en las conversaciones que pasan ahí abajo. Creo que uno de los temas de hacer ciencia ficción en latinoamérica es que generalmente la ciencia ficción requiere elementos de diseño, arte, sets y vestuario que siempre son desafíos. En ese aspecto tu equipo no tiene ningun temor en atreverse a meterse en ese mundo: la interfaces de los computadores, el vestuario, la gráfica en la ciudad. ¿Cómo fue trabajar esos temas con el equipo de arte?

Fue una larga conversación porque no queriamos una estética futurista tan marcada, si bien se habla de un futuro, lo que yo no quería era decir por ejemplo “esta historia ocurre en el Santiago del año 2030”. Sino que dejarlo de forma atemporal. En el sótano llegamos a la conclusión, con el equipo de arte, de incorporar elementos tanto del futuro como del pasado, como esa radio de casettes antigua que está en el sótano. No era el decir “esto ocurre en 30 años más”, sino que decir que esto podría ocurrir mañana, o también hace diez años. Es una hipérbole, una exageración, pero no está tan lejos.

Eso funciona en los planos urbanos, por ejemplo, cuando muestras la ciudad, que es básicamente la calle Nueva York en el centro de Santiago: el gris, la monocromía, la contaminación, cosas que se apegan muy bien al Santiago que ya conocemos hoy. Incluso las personas que caminan con mascarillas, como en los días críticos en que hay más smog.

Claro, yo no quería alejarme mucho de la realidad. Habían ideas de hacer pantallas con hologramas, cosas así, pero optamos por que se comunicaran a través de computadores, en cosas que no parecieran tan futuristas.

Hay una idea interesante con respecto a la contaminación y todo tipo de contacto: está prohibido tocarse, la gente usa guantes y se limpia las manos con jabones líquidos. Un mundo de prohibiciones.

Sí, es que ¿por qué esta prohibido el mate?: porque el mate promueve la reunión. Porque la  reunión promueve que la gente se cuestiona las cosas y cuestiona a su gobierno. Si el mate está prohibido también lo deben estar las cosas que promueven la reunión, como una mesa. Eso se ve en la escena en que el personaje de Maria Gracia Omegna improvisa una mesa. Eso es, entonces, ilegal.

A través del miedo el gobierno en el cortometraje puede separar a las personas, y las enfermedades que dicen que existen son mas bien un pretexto para evitar esas reuniones.

Este es tu primer cortometraje Daniela, ¿cómo fue el proceso de encontrar tu propio camino, tu propia voz como realizadora mientras dirigías?

Yo creo que lo principal es querer hacerlo. Es decirse: “yo quiero dirigir un cortometraje”. Nadie te va a decir “¿quieres hacer un cortometraje?”. No. Y menos si nunca has hecho uno. Lo primero es atreverse. Son muchos los miedos: al fracaso, a no poder convencer con tus ideas. Pero luego de eso se van quemando etapas y se va realizando el corto.

La etapa en que estoy ahora, de distribución también es difícil, de mostrar a este hijo que uno hizo.

Además que los cortometrajes tienen muy pocas ventanas de exhibición al público. Algunas personas en la industria dicen, por ejemplo, que ya no tiene sentido hacer cortometrajes en esta época, y si alguien quiere dirigir debería lanzarse directamente a hacer un largometraje. ¿Opinas lo mismo?

No, creo que el cortometraje es una muy buen experiencia para aprender dirigiendo. Yo creo que me hubiera muerto si hubiese partido dirigido un largometraje. Apenas podía -como estoy comenzando- partir con el cortometraje, ¡es que la cabeza no me daba más!. Igual, creo que quizás un cortometraje no basta tampoco, antes de hacer un largometraje.

Sí, es como comparar un cuento con una novela. En el cortometraje hay una economía, una simplicidad y pureza que es bien valorable en sí, para aprender a contar. ¿Como ha sido el recibiento del público hasta ahora?

Bueno, ahora en las exhibiciones en SANFIC lo vamos a sentir más. Por el momento sólo ha sido a través de facebook, en la página del corto y de la productora, D-Tales, pero en realidad, sólo lo han visto los profesores, familiares y amigos. Las críticas vienen de muy cerca, quizás, y ahora podremos escuchar otras, de muchos lados diferentes.

Esta pregunta quizás puede serle relevante a alguien que lea esto y quiera estudiar lo mismo que tú: ¿cómo ves tu camino profesional, luego de que termines la universidad donde hoy estudias cine?

¡Uy!, que difícil responder eso en este momento de mi vida. Lo que quiero ahora es hacer mi práctica en un largometraje, para tener la experiencia, y luego poder seguir haciendo películas. También me gusta harto el cine publicitario. Así que… ahí iré manejando lo que vaya saliendo. En realidad, no lo sé. Nunca me he proyectado tanto. No me gusta proyectarme tanto en realidad, siento que al final se pierde la gracia. Pero iré viendo en el camino lo que me vaya gustando.

Quizás hasta me cambie de rumbo, tampoco puedo darte firmado, ahora, que quiero hacer películas el resto de mi vida o ¡sino me mato!. Vamos a ver.

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Exhibiciones:

  • Martes 21, 15:45 hrs. CineHoyts Parque Arauco.
  • Miércoles 22, 15:45 hrs. CineHoyts Parque Arauco.
FICHA TECNICA

Año de Producción: 2012. Duración: 20:50

  • Dirección: Daniela Prado
  • Guión: Daniela Prado
  • Asistencia de Dirección: Maximiliano Jorquera – Eduardo Gana
  • Producción Ejecutiva: Maximiliano Jorquera
  • Producción General: Eduardo Gana
  • Dirección de Fotografía: Carolina Cerda – Félix Vergara
  • Dirección de Arte: Stefano Ravera
  • Sonido Directo: Félix Vergara
  • Cámara: Carolina Cerda
  • Montaje: Carolina Cerda
  • Música Original: David Arias – Daniel Concha
  • Elenco: María Gracia Omegna, Cesar Caillet, Farid Lazen, Alejandro East, Alex Hofmann, Andreas Puyol, Catalina Guzman, Diego Jerez
GALERÍA