[ por: Andrés Daly ]
Ten years ago, I was in this bar in Alabama when two dudes started hassling me. That was their first mistake. They pulled knives. That was their second mistake. They didn’t know how to use them. That was the last mistake they ever made. I got two 99-year sentences, back to back. – English.
Hace mucho tiempo que tenía ganas de ver esta clásica cinta de fugas (un género en si mismo), dirigida por Don Siegel, el mismo hombre detrás de «Dirty Harry», también con Eastwood. Debo decir que me vi bastante decepcionado, mientras el fime progresaba.
Durante la elaboración del plan de escape, es decir, en la colocación de todas las piezas del «juego» en su lugar preciso antes de la ejecución, la película construye una atmósfera perfecta, desarrolla los personajes necesarios y nos prepara para huir con ellos, pero en el momento posterior, ese que estabamos esperando ansiosos, lentamente la película empieza a palidecer, el suspenso se convierte en tedio cuando nos vemos obligados a presenciar el corte de una barra de metal prácticamente en tiempo real, cuando el director simplemente «cumple» al registrar este escape, todo, en la oscuridad más grande que el director de fotografía habrá permitido a Siegel en cada plano. Lamentable.
Quizás, hay que ser un poco condescenciente también con ella, y olvidar los soprendentes cambios de tuerca de guión, elaborados planes de escapes y robos (a la “Ocean’s eleven”, “The Shawshank Redemption”, “The Score”, “The Italian Job”) a los que nos tiene acostumbrados el cine más reciente y no pedirle demasiado a nivel de guión o montaje. Incluso, esta película palidece, al lado de la mejor y mas intensa “The great escape” con Steve McQueen. Quizás, la restricción de asemejarse al verdadero plan de escape realizado por los internos (el «basado en historia real»), limitó un poco el atractivo de la historia, que termina siendo casi un símil de un documental.
Mientras vamos tachando de la lista los elementos necesarios para el plan, por suerte, los personajes secundarios aportan y otorgan bastante verosimiltud a la pequeña burbuja que es esta Prisión de Alcatraz, nuestro verdadero protagonista al lado de un apagado y bastante parco Eastwood.
La Isla-Prisión de Alcatraz, espacio «infranqueable» como anuncia equivocadamente el Alcalde de la Prisión, se muestra con dignidad, se explicita claramente, se comprenden sus niveles y se convierte en un telón de fondo complejo. Con dignidad, me refiero a la comparación necesaria con otros tratamientos de esta misma locación en el cine, como por ejemplo, en la lamentable «The Rock» del insufrible y explosivo Michael Bay.
Si hay que quedarse con una película de escape, «The Shawshank Redemption» (Sueños de Fuga) sigue siendo creo, el mejor ejemplo de equilibrio entre el necesario plan de fuga presentando en el guión, el desarrollo de personajes por los cuales desarrollar un interés, y la forma de presentar, recorrer y escapar de un espacio. Historia, espacio y emocionalidad. Porque esa sé que era una película con espíritu.