El maestro imperfecto
[ por: Andrés Daly ]
Los que me conocen, cinéfilos o no –porque al final de alguna u otra manera algo diré al respecto cuando me hagan la clásica/pseudo imposible pregunta o no (esa que dice “¿cuáles son las películas que más te han gustado…en la vida?”)- antes de intentar decir una lista respondo que mi director favorito es, sin duda alguna, Brian De Palma. Con el tiempo he descubierto que cada vez más esta no es, por lo general:
- a)Una opción muy valorada entre cinéfilos. “¿¡El director de “Carrie”!? mentira…” (inserte aquí una cara de extrañeza).
- b)¿Brian…pero…quien carajos es Brian De Palma? entre los que no lo son.
“Quizás te gusta… porque es un maestro imperfecto” me dijo un amigo hace muchos años luego que le explicara, en extenso, mi porqué de la obsesión por la obra del italoamericano. De Palma, el rebelde de la generación entre sus amigos Scorsese, Spielberg, Lucas y Coppola no filma desde el 2007, cuando estrenó la polémica “Redacted” y enfureció a medio Hollywood y la prensa del país de Obama, siendo tildado de “anti norteamericano”; una gran estupidez. Reacción enfurecida que, por lo demás, ha generado casi constantemente durante toda su carrera.
Si logro corromper seducir correctamente a los colaboradores de 35milímetros durante este año, quizás vea ud., querido lector, un Dossier dedicado -más adelante- al autor de “Carlito’s Way” (1993) –y ojo con este REDUX de uno de sus bellos planos secuencias-, “Obsesión” (1976), “Vestida para Matar” (1980) y por supuesto “Estallido Mortal” (1981), que este año sale en una maravillosa edición Criterion a la que ya le pondré mis garras. Me extenderé más entonces.
Con esa introducción queda claramente contextualizada mi fascinación por tener, al fin en las manos y por primera vez, cinco películas de la filmografía de De Palma que no había podido ver hasta hoy, y que hacen regresar por fin a Una película al día. Estas son: “The Wedding Party” (1969), “The Responsive Eye” (un documental breve de 1966 sobre una exposición de arte), “Murder a la Mod” (1968), “Get to know your Rabbit” (1972) y “Home Movies” (1980). Veamos la primera.
Filmada y financiada completamente por un grupo de estudiantes (De Palma estudia en el Sarah Lawrence College), con un rodaje problemático entre 1964 y 1966 y su estreno aún más complejo –y tardío- en 1969, esta comedia en blanco y negro es reconocida no sólo como la primera película de Brian De Palma, sino que además, por ser la primera aparición en un largometraje de un joven actorcillo…que aquí figura en un papel secundario y que en los créditos se nos presenta como “Robert DeNero”. Esta sería la primera colaboración exitosa, de cuatro largometrajes, entre De Niro y De Palma, a quien el actor le debe no sólo su opera prima –compartida- sino que su posterior lanzamiento a la fama con dos comedias políticas, radicales, y bastante exitosas en su época, donde éste ya era el protagonista: “Greetings” (1968) y la divertidamente oscura “Hi, Mom” (1970). Establecido ya como actor, sería el mejor amigo cinéfilo de De Palma, Martin Scorsese, quien tomaría a De Niro años después para “Calles Peligrosas” (1973) y lo consagraría tempranamente con “Taxi Driver” (1976). Desde ahí, la historia de la colaboración Scorsese/De Niro es conocida –así como la decadencia actual en que se encuentra De Niro- y no sería hasta 1987 en que la anterior colaboración de De Niro con De Palma volvería a anotar una película más: esta lo tendría en el papel de Al Capone en la bastante entretenida “Los Intocables”.
“The Wedding Party” es un experimento bastante extraño por momentos. Con un montaje de cámaras aceleradas y también en cámara lenta –que recuerda en parte a algunas comedias del cine mudo, cosa que además se hace evidente con la aparición de clásicos carteles negros escritos en blanco, que separan en capítulos la historia- cuenta la historia del fin de semana antes de una boda, en una isla. Nuestro protagonista -el novio- comienza el fin de semana feliz y seguro del futuro de la nueva vida que va a iniciar y termina finalmente aterrorizado, escapando del compromiso por la playa de la isla, espantado de su futuro y perseguido por sus amigos, para ser arrastrado hasta la iglesia.
Charlie (Charles Pfluger, que no se si actúa muy bien ebrio o ligeramente drogado o es que realmente lo está en casi todas sus escenas) conoce a la familia de su acaudalada novia Josephine Fish (Jill Clayburgh) cuando llega a la mansión de sus suegros en un gran campo y de paso le presentan una centena de invitados de la familia de ella incluyendo, claro, a sus suegros. Todo de una sola vez. ¿Un poco intimidante?. Por su lado, el novio sólo cuenta con sus dos mejores amigos, Alistair (William Finley) y Cecil (Robert De Niro) –que siempre tienen ganas de estar de farra- entre los asistentes. Mientras la madre de la novia está más preocupada de los detalles de la boda o que su chofer no renuncie (a todo esto, al chofer nunca le dejan manejar el auto, lo que le provoca una frustración enorme que explica en una escena y que es uno de los mejores gags recurrentes de toda la película) que de conocer a su nuevo yerno. Por otro lado, el suegro vive encerrado en su despacho en el segundo piso de la casa, rodeado de animales disecados y fotos antiguas mientras practica el golf de forma absurda contra el vano de una puerta: las bolas salen disparadas rebotando por toda la casa. Este le da un discurso al yerno sobre la aceptación dolorosa de lo que es el matrimonio, un especia de muerte lenta, aunque necesaria según él. Josephine, la novia, tiene al parecer toda la vida de la pareja planificada. ¿Ahora se entiende porqué Charlie está un poco asustado?.
Charlie se emborracha múltiples veces, intenta apoyarse en los amigos –que le hacen una despedida de soltero SIN él. Muchas gracias, amiguitos- seduce a la muy joven y virginal pianista de la ceremonia –uno de los mejores personajes, quizás el más freak – para luego arrepentirse y, después de un montón de extrañas aventuras, que incluyen ayudar a reparar un auto lleno de chicas en bikini en el bosque (!) y volar como copiloto con un árabe en turbante en una avioneta (este árabe es un ex novio de su chica, ah bueno, da igual), buscará escapar de lo que sólo puede ser el mayor error de su vida.
De Palma, que actualmente no hace una comedia desde la realmente espantosa Wise Guys (1986) demuestra aca, sin embargo, el por qué inició su carrera en este género, que yo personalmente encuentro uno de los más difíciles. Aquí el joven director muestra que tiene una cámara observadora y consciente del disfrute que puede ser para el espectador ver una buena improvisación de los actores –si bien hay un guión creado por el profesor de teatro Wilford Leach, mentor de De Palma- y con un montaje astuto, logra disimular algunos de los errores e inconsistencias narrativas que bueno, son perdonables en esta película que hay que ver sabiendo que es una primera aproximación al cine realizada por estudiantes.
Contiene algunas escenas cómicas muy notables, la gran mayoría de ellas sin texto, lo que adelanta la futura predilección netamente visual del director, y que tomaría mayor vuelo cuando se inicie en el suspenso y el horror. Una de ellas está al inicio de la película, cuando Charlie y sus amigos bajan del barco y son recibidos por la suegra, la novia y el chofer. Escena totalmente chaplinesca/keatoniana, donde el grupo se comprime en el bólido de la familia Fish, conducido a toda velocidad (en cámara acelerada además) y de forma esquizoide por la dueña de casa (que maneja horriblemente), el chofer que cuelga, frustrado, de la puerta del piloto y el pobre Charlie que intenta manejar desde el asiento de atrás.
Un muy buen inicio, en todo sentido.
Alguien subió el inicio de la película, en italiano. Me parece aún más divertido. Saltese a los dos minutos para ver la escena en que manejan a la casa:
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