Hace tiempo que una película no me dejaba tan sorprendido y afectado, en absoluto silencio, mirando los créditos. “Under the Skin” es el tercer largometraje dirigido por Jonathan Glazer (Sexy Beast, Birth) y protagonizado por una notable Scarlett Johansson. Esta es una de las primeras producciones -la séptima de hecho- de la destacada casa productora A24 que hoy, una década después de esta producción, ya es sinónimo de calidad cuando su logo abre una película: nos frotamos las manos, abrimos bien nuestros ojos y oídos porque sabemos que se nos viene algo especial.
Son violentas y desgarradoras las reflexiones y emociones por las que te lleva “Under the Skin” de Glazer. La trama la aprendemos rápidamente a través de acciones e imágenes (“show, don’t tell”) que contienen a una alienígena silenciosa, que usando un superficial y atractivo disfraz de mujer humana (Johansson) maneja sola por las noches en Escocia, buscando y escogiendo, únicamente, a hombres solitarios. Su sonrisa: es solo un artilugio para atraparlos. Bajo pretextos simples tales como preguntar por direcciones o pedir ayuda a los varones, estos aceptan en segundos subirse a su furgón -sin preguntas ni sospecha alguna, un comentario bastante directo sobre los géneros y su dispar relación con la violencia- y la siguen, embobados, a una casa abandonada. ¿Me creerían que la siguen?. Los hombres, calientes y bajo la promesa del encuentro sexual, se hunden y son… devorados por la fantasía, dentro de un espacio y secuencia única que simplemente hay que ver y oír -la música de esta película es inolvidable- para creer. Un motociclista misterioso que es seguramente otro alienígena forma parte de este plan y vigila los pasos de nuestra protagonista. Todo esto ocurre prácticamente sin palabras, con las mínimas -y fáciles- interacciones que el personaje sin nombre de Johansson elige para atrapar sus presas.
La película nos pone en los ojos de esta alienígena vestida de mujer que ve como un espectador, a través del amplio parabrisas de su furgón mortal, el mundo humano desplegado frente a ella con mucha detención y curiosidad, como si fuera la pantalla donde se proyecta una película. La cámara de Daniel Landin y la dirección de Glazer van incorporando brillantemente fragmentos documentales, personas reales caminando por las calles de Escocia que van haciendo sus vidas -en ese caos humano al que estamos tan acostumbrados- cruzándose con nuestra femme fatale del espacio exterior/asesina de hombres anónimos que nadie recordará. Algo empieza a pasar dentro de nuestra protagonista cuando se encuentra con dos hombres muy diferentes a los que había encontrado hasta el momento y empieza a conectarse más con la piel que ha estado habitando y todas las emociones que estos seres humanos le han ido mostrando: el desprecio, el sacrificio, el heroísmo, el cuidado por el otro, la depravación, la violencia más brutal y la tristeza más profunda. El final de esta película está entre lo más impactante que he visto en mi vida y es una demostración profunda que la buena ciencia ficción está escrita y filmada para representar y comentar poéticamente sobre nuestra naturaleza humana, a veces de la forma más brutal y visualmente inolvidable posible.
PD. ¡Bienvenido el nuevo año 2023! y bienvenida de vuelta Una película al día, textos diarios + un par de videos a la semana.