Una película al día #96: “Winnebago Man” (2009)

“Do you believe any of that shit?”

[ por: Andrés Daly ]

En la vida hay algunos días que uno recuerda, agriamente, como muy malos días. Días en que todo lo que podía salir mal lo hizo. En uno de los míos, poco después de reprobar un espantoso taller para el que trabajé arduamente en la universidad, muy trasnochado, confundido, cansado y solo, caminé en la fría noche hasta el auto con una maqueta en mis manos. De la nada, apareció un perro –desde las mismísimas tinieblas- y me mordió una pierna por detrás. ¡Tiene que ser una broma!. Tan rápido como apareció se fue, dejándome cojo durante ese triste viaje de regreso a casa y también por el resto de la noche.

Ese maldito día que sólo querías que terminara pronto para llegar a tu cama, cerrar los ojos y partir de nuevo cuando salga el sol, probablemente no tenías una cámara de video registrando tu infierno personal. Pero Jack Rebney sí.

“I haven’t got time to mark this motherfucker!”

Abre Google. Escribe: “el hombre más enojado del mundo” -o si prefieres en inglés: “the world angriest man”- aprieta enter, espera medio parpadeo y te aparecerán varios vínculos a un video filmado en 1989. Jack Rebney, un hombre alto, calvo y de bigote, de camisa y corbata, intenta una y otra vez conducir sin éxito un comercial para casas rodantes “Winnebago”. Es un día caluroso en donde Rebney está constantemente a punto de sufrir un infarto mientras lanza un prodigioso abanico de insultos: al sol, al burdo diálogo que debe repetir, al auto rodante, al equipo técnico –especialmente a un inútil sujeto llamado Tony- a las decenas de moscas que no vemos, y sorprendentemente, a sí mismo y sus propias capacidades ese día.

“I don’t want any more bullshit anytime during the day from anyone… And that includes me.”

“I’ve got to read it again because my mind is just a piece of shit this morning”

Jack Rebney, más conocido como “Winnebago Man”, protagonizó así, inadvertidamente, uno de los videos virales más populares y divertidos de la historia; un video que antecede no sólo al término “viral”, sino que incluso al mismo Youtube y a su famosa legión de celebridades pop: gordos y preadolescentes jedis, torpes ninjas negros, ardillas dramáticas, gatos pianistas e insólitos berrinches adolescentes en defensa de cantantes pop. Porque “Winnebago Man” es un video, como el documental de Ben Steinbrenner nos cuenta, de una época en que los amigos se prestaban, regalaban y copiaban cintas VHS, pasándolas de mano en mano, con una sonrisa y un requisito: “¡Por favor, debes ver esto!”.

El documental de Ben Steinbauer comienza introduciéndonos con un interesante –y divertido- análisis sobre la extraña forma y fama del video viral –hay un incluso un festival de cintas perdidas que se realiza año tras año – y sobre las teorias detrás de los motivos de quienes gozan con estos videos, donde generalmente se captura la miseria, humillación y glorioso error del que un ser humano puede ser capaz, en tanto sólo segundos, 720 lineas y sonido stereo. Luego la película decide hacerse una pregunta simple y anclada en la realidad: ¿Por qué Rebney se comportó así en el video…y donde está hoy, si es que aún sigue vivo?. La pregunta se convierte en cruzada.

“Will you do me a kindness?”

“Get out of here, you fuckin’ flies.”

“I’m blinded by that fucking hot light!”

La búsqueda del director por dar con este mito audiovisual, con el hombre casi trágicamente enfurecido, luego de varios intentos -incluso con un detective privado- lo lleva a encontrarse, finalmente, con un hombre de 80 años que vive como un ermitaño en la punta de una montaña, acompañado solo por su perro Buda, rodeado de silencio y bosques. Jack Rebney, desconectado del mundo, pronto descubrimos, está quedándose ciego debido a una enfermedad. ¿Pero quién es, realmente Rebney? ¿Por qué se aisló del mundo? ¿Qué papel jugó y juega esta fama que nunca buscó, ahora que vive el final de su vida?.

“Fuck you, Buda!”.

Fascinante y –cosa poco común- gracioso documental que muestra real cariño por un hombre: el viejo y lúcido cascarrabias al que registra durante varios meses, entre  llamadas telefónicas, discusiones y viajes de ida y vuelta a la montaña. Jack se va abriendo lentamente a la cámara de Steinbauer –aderezado con una rica variedad de insultos de por medio, como es su estilo- mientras, de forma preocupante, va quedándose cada vez más ciego, pero con una invisible luz en la distancia. Esta es, simplemente, el regalo que Steinbauer y el mejor amigo de Jack le dan: una posible aceptación de ese día maldito ocurrido décadas atrás – ese día registrado y perpetuado ad aeternum para millones de personas que han reído con él y le han dado su fama– cuando se enfrente justamente y en carne y hueso, con cientos de personas que observan hipnotizados, quien sabe por qué, este video en una pantalla gigante. En este nuevo día, el resultado será muy emocionante.

“Do you believe any of that shit?”

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