Equivocaciones encantadoras
[ por: Andrés Daly ]
El Dr. David Huxley (Cary Grant), un siempre nervioso y cuadrado paleontólogo, está a punto de casarse con Alice Swallow (Virginia Walker), su guapa aunque aburrida asistente. El mismo día del matrimonio, el gigantesco esqueleto de un brontosaurio al que sólo le falta un hueso -que le llegará pronto por correo- y que ha estado recopilando y armando desde hace ya cuatro años, está a punto de recibir su pieza final. Pero para solventar al museo donde trabaja, David necesita urgentemente una donación de un millón de dólares de parte de una acaudalada mujer, la Sra. Elizabeth Random (May Robson), previa aprobación de su abogado, el señor Alexander Peabody (George Irving). Si logra conseguir casarse, recibir el hueso y el millón de dólares, todo al mismo tiempo y en orden, David cree que podrá dormir tranquilo.
Pero lo que el Dr. David Huxley no sabe, es que en menos de 48 horas le van a chocar el auto, conocerá a la Sr. Random, su posible mecenas, mientras él viste una bata femenina, perseguirá un escurridizo perro mientras cava como un orate por todo un jardín, le creerán demente, depresivo y lo llamarán Mr.Bone, y como si fuera poco, va a tener que atrapar vivos no uno, sino dos leopardos. ¿La causa de este huracán en su predecible y hasta entonces aburrida vida?: la divertidamente irresponsable, disparatada, energética, bella y fantástica Susan Vance (Katharine Hepburn) a quien conoce por casualidad en un campo de golf.
David Huxley
How can all these things happen to just one person?
«La adorable revoltosa» (Bringing up baby) es la segunda película (de cuatro) del perfecto duo cómico-romántico Hepburn/Grant (la maravillosa “Holiday”, que también vi en Una película al día se exhibiría posteriormente dentro del mismo 1938), y hasta el momento –pues no he visto “La historia de Filadelfia” aún, la tengo en mi lista- es la mejor que he podido verles. Dirigidos por Howard Hawks (Scarface), simplemente, este nivel de comedia de equivocaciones (screwball comedy) de diálogos rápidos e inteligentes en perfecta fluidez –a lo Hermanos Marx- como ráfagas brillantes y deliciosas, cada una perfecta y en una concatenación tan delirante de sucesos ¡que sin embargo queda lógicamente explicada! es algo tan escaso hoy, que uno se ha (mal)acostumbrado a la mediocridad, al chiste fácil y poco creativo.
David Huxley
When a man is wrestling a leopard in the middle of a pond, he’s in no position to run.
Desde el minuto que Susan Vance decide, en dos segundos, que Huxley no va a casarse -sino que con ella- uno no puede más que maravillarse ante la caída del torpe y desesperado paleontólogo en una situación cada vez más bizarra que la anterior. Empujado por Susan, con una mezcla perfecta de travesura e inocencia que pocas actrices podrían lograr (bueno, estamos en presencia de una grande), Susan simplemente sonríe mientras ambos discuten, y espera pacientemente mientras van de una aventura a otra. Se acercan. Es inevitable, como la salida del sol.
Mrs. Random
Who is this David?
Susan Vance
Oh, he’s a friend of Mark.
Mrs. Random
Is that all you know about him?
Susan Vance
No, I know I want to marry him. He doesn’t know it but I am.
Mrs. Random
Well who are you?
David Huxley
I don’t know. I’m not quite myself today.
Mrs. Random
Well, you look perfectly idiotic in those clothes.
David Huxley
These aren’t my clothes.
Mrs. Random
Well, where are your clothes?
David Huxley
I’ve lost my clothes!
Mrs. Random
But why are you wearing *these* clothes?
David Huxley
Because I just went gay all of a sudden!
Mrs. Random
Now see here young man, stop this nonsense. What are you doing?
David Huxley
I’m sitting in the middle of 42nd Street waiting for a bus.