Life is a highway
[ por: Andrés Daly ]
Hace mucho tiempo que no veia un buen road movie. Mercer (Lou Taylor Pucci), a los 19 años, acaba de ver a su madre morir después de una larga enfermedad. Solitario y algo tímido, decide robar el auto de algún cliente del car wash donde trabaja un amigo, para ir en búsqueda de su hermano mayor y darle entierro a la madre. Su hermano, al que no ve desde hace más de una década, renegó totalmente de la familia, y después de algunos eventos turbios, no está muy claro su paradero.
Pero en el camino, suena un celular dentro del auto. Al otro lado de la línea, y que no vemos, escuchamos la voz de Kate (Zooey Deschanel, como siempre, hipnotizante), una misteriosa mujer algunos años mayor que Mercer, y que, además de esconder algunos interesantes secretos, tiene mucho en común con Mercer.
Comienza así una notable relación telefónica en este viaje de descubrimientos para ambos, mientras Mercer cruza de un estado tras otro por la carretera en busca de su hermano perdido (del cual recibe en cada estación los peores comentarios).
Al descubrir una foto de Kate dentro del auto, Kate deja de ser tan sólo una voz para aparecerse visualmente ahora dentro del auto –Mercer ya puede dejar de imaginar distintas mujeres- como una especie de presencia, hablando junto al protagonista, en una bicicleta con él, en un gratuito pero buen baile en homenaje Bande à part (1964, Jean Luc Godard) afuera de un motel, y por supuesto, en sus sueños.
Destino siempre incierto para Mercer, con complicaciones y encuentros con otros personajes en el camino, como una lolita fatale (Jena Malone) con la que viaja a Reno, Las Vegas; un mentor-vendedor (Bill Duke) que se convierte en un padre, un grupo de insoportables hippies alfareros (Judy Greer entre ellos) y la dueña de una tienda de mascotas (Maura Tierney) que necesita un vocalista para una banda de servicio comunitario.
Road movie en metáfora de la vida como un viaje, como tantas otras antes que ella, pero que alcanza notables momentos gracias a la relación de Mercer con Kate, muy bien escrita y dirigida por Martin Hynes, y que decide además (¡menos mal!) dejar de lado completamente todo ese mundo dulzón al que algunas de estas películas de este subgénero gasolinero y de crecimiento personal (Cameron Crowe, siéntase aludido señor) nos tenían mal acostumbrados. Porque ni el viaje ni la vida para Mercer van a ser fáciles, tal como la vida efectivamente es.
KATE
Right now you’re thinking… who is this girl, and what’s wrong with her? She must be crazy. No, sad… sad in a chair with… cats. Cats? No, a cross word puzzle. A puzzle and tea. No, beer. Beer, she’s tough? Thinks she’s tough, but not like that. Picture her… younger. No, older. Picture someone with fake teeth. You never really know.
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