Beetlejuice de Tim Burton

[ por: Mario Guerra Gómez ]

El imaginario de Burton

Tim Burton nos muestra en «Beetlejuice» una interpretación de la vida después de la muerte, donde todo se gatilla con el fallecimiento de un joven matrimonio. Este es el momento en donde la película se divide, estableciendo dos realidades paralelas, por un lado la realidad en donde habitan los vivos (el mundo), y por otra la realidad en donde viven las almas en pena (el no mundo).

Se puede ver al inicio de Beetlejuice, mediante la cámara que se desplaza en un recorrido aéreo, la locación en la que se desarrolla la película; esta se encuentra sujeta a una Arquitectura de carácter tradicional en donde coexisten tres actores que no se perturban;naturaleza, lo construido y el ser humano.

Toda esta armonía se ve quebrantada con la muerte accidental de dos de sus personajes (el matrimonio), es aquí donde Tim Burton pone en manifiesto su visión de la vida después de la muerte generando una realidad paralela que no tiene nada que ver con el mundo en el cual habitamos; el “no mundo”.

Lo nuevo versus la consecuencia de lo ya existente

El mérito en Beetlejuice es que Burton parte desde cero, nada de lo que aparece en este nuevo mundo funda sus raíces en lo ya conocido a diferencia de lo que acontece en Brazil o Blade Runnner que muestra un imaginario que responde a la lógica consecuencia de lo que ya conocemos(1).

Un elemento importante dentro de la película es la casa, ya que Burton condena a los personajes a habitar dentro de ella y es esta la que hace las veces de eslabón entre el “mundo” y el “no mundo”.

La casa varía considerablemente a la llegada de sus nuevos moradores pasando a ser casi un elemento artificial, pero el director considera que alguno de sus espacios no debe sufrir ninguna modificación, esto para que el espectador sepa que se trata de la misma vivienda. Con esa apariencia artificial de los espacios, la casa se aproxima más a ese imaginario de Burton, a ese mundo onírico.

El “no mundo” es un lugar surrealista en el que predominan las líneas agresivas en la construcción de los espacios interiores; todo esta decorado fríamente, no es un lugar que tenga que ver con la medida humana, es decir, su construcción no responde a la necesidad del que habita, es una máquina en donde el ser humano se encuentra prisionero.

Burton, en la construcción del exterior del “no mundo”, simplemente erradica la presencia de los personajes, es un lugar ajeno en donde el ser humano no se reconoce, sabe que todo lo que ahí existe no tiene nada que ver con el y su medida, no tiene suelo, es un espacio de inseguridad, de peligro, de incertidumbre, es el lugar en donde vive la serpiente.

La casa al final del film vuelve a su estado natural, el director considera que se debe volver al equilibrio, o tal vez tenga relación con lo que menciona Jorge Gorostiza en el texto:

La interpretación del mundo que hace Tati está basada en las contradicciones entre lo natural y lo artificial, entre la naturaleza y el artificio. Optando por lo natural-tradicional frente a lo artificial-moderno, al oponerlos continuamente para intentar demostrar las virtudes de uno sobre el otro ( 2).

Quizás Burton, para darle un buen término a la película, debe hacer prevalecer los valores naturales y tradicionales frente a lo artificial y desconocido.

Desde la Arquitectura

Existen lugares dentro de la ciudad que se encuentran atestadas de flujos vehiculares en donde la batalla la ha ganado el auto por sobre el peatón, de esta manera las personas recorren bordes peligrosos o simplemente se encuentran condenadas a habitar y a recorrer por dentro de macizos edificios, que no responden a una proximidad corpórea. Son edificaciones de gran magnitud con interiores fríos de materialidades que no ofrecen hospitalidad sino que al contrario, condicionan al ser humano a permanecer transitoriamente.

Tal es el caso del núcleo comercial que se emplaza en el barrio alto de Santiago (World Trace Center), aquí las personas no tienen cabida en el exterior, ya que el diseño de la ciudad en este punto no contempla espacios abiertos en donde se puedan generar actos colectivos.

Hoy en la ciudad se pueden encontrar lugares y espacios que se construyen con el lenguaje del “no mundo”, entonces estamos en presencia de una muerte anticipada del habitante en la ciudad, ya que al igual que en la película de Burton su visión del “no mundo” confinaba al personaje a permanecer en un interior distinto, frio, de formas y magnitudes ajenas al cuerpo, además de desterrarlo del exterior, que era una lugar de peligro constante.


Mario Guerra Gómez, fue alumno del curso Cine+Arquitectura, en la Facultad de Arquitectura de la Universidad ARCIS, en el año 2007. Actualmente cursa la carrera de Arquitectura en la misma Universidad. La publicación de su escrito en este sitio forma parte de la difusión de un conjunto de ensayos seleccionados. Corrección gramatical y ortográfica, descripción de imágenes de 35milímetros.

Bibliografía