Inspirado en un hecho verídico ocurrido en la región de Atacama en el año 1974, tres mujeres descendientes de la etnia Colla, las hermanas Quispe, fueron la inspiración para el estreno del director nacional Sebastián Sepúlveda, quien ha trabajado como co-guionista en “Joven y alocada” (2012). Este 11 de Septiembre, realiza su debut como director en las salas nacionales con “Las Niñas Quispe”, obra que ha recorrido festivales internacionales, entre los que destacan San Sebastián y Venecia .
Como paisaje y escenografía el desierto de Atacama, específicamente la zona rural llamada Tola, a 3.800 metros de altura, fue el escenario ideal para que el director abordara la historia de tres mujeres encontradas sin vida. Las encargadas de dar vida a estas tres hermanas, fueron la destacadas actrices nacionales Catalina Saavedra (“La Nana”, 2009) y Francisca Gavilán (“Violeta se fue a los Cielos”, 2011) quienes interpretan a Lucía y Luciana. El tercer rol, la hermana mayor Justa, lo interpreta Digna Quispe, sobrina en la vida real de las hermanas fallecidas en 1974.
La película y su desarrollo convergen en la existencia, el drama y la soledad que deben enfrentar tres mujeres insertas en la majestuosa y desolada naturaleza del norte de Chile. La aridez, la sequedad, el polvo, los cerros y sus colores, el viento y su sonido, son elementos constantes en el entorno en que viven las hermanas. Dichos espacios representan la soledad de su existencia en su diario vivir marcado por la ruca, los cerros, el preparar carbón y su rebaño de ovejas. Esa monotonía y particular modo de vivir, que para los ojos del espectador capitalino resulta aún más impactante, se ve acentuado por la falta de diálogo entre ellas. La vida solitaria de las hermanas Quispe tiene directa relación con la amenaza y el miedoque les produce el desconocido mundo exterior, mientras que el desierto, el rebaño y la ruca encarnan su hábitat y la seguridad. Por otro lado, se encuentra el mundo exterior donde solo está el peligro acechador de los hombres, símbolos del abuso físico y la fuerza bruta. Por esta razón las hermanas manifiestan una ausencia de femineidad y coquetería, ven en esas características peligro, motivo por el utilizan solo ropas masculinas. El aspecto de las hermanas causa confusión, puesto que en las primeras imágenes no se puede distinguir realmente si son personajes femeninos o masculinos.
La ausencia de femineidad quedará develada cuando se produzca la visita de un vecino (proveniente del exterior) que habitualmente acostumbra entregarles vestimenta a cambio de cabras. Su arribo desata el drama más profundo, al darle a la hermana menor Lucía (Francisca Gavilán) un vestido, atuendo de connotación especial ya que viene a manifestar la renuncia de las hermanas hacia el mundo exterior. El vestido produce en Lucía las ansias por pertenecer y participar de una vida que no sea únicamente el desierto, la ruca y el rebaño. La hermana del medio, Luciana (Catalina Saavedra), percibe aquella situación y siente el deber de proteger a su hermana, sobre todo cuando reciben la inesperada visita de un hombre proveniente de la ciudad, del exterior.
Alfredo Castro (“Tony Manero”, 2008) interpreta a un revolucionario político, que tiene que huir hacia Argentina para salvar su vida. En esa huida se encuentra con dos de las hermanas Quispe, quienes sentirán verdadera intriga ante este visitante. Su aspecto, sus ropas y la historia política del porque esta huyendo, develan una realidad de miedo y persecución para las hermanas. y de país en el que vivenviendor latente. ntacicapulainos acis o masculinos los que oberva. onrebaño de ovejas, El refugiado político marcará un punto de inflexión en la vida de las hermanas, con su relato del acontecer político e histórico de Chile (año 1974, principios de la dictadura militar).
Justa (la hermana mayor) es quien más sabe y percibe la situación de soledad y de país en el que viven. En ese entonces, el progreso y el capitalismo de la ciudad han afectado la venta de sus cabras. Tras el golpe militar, en Septiembre de 1973, las zonas más alejadas de Chile fueron sitiadas por fuerzas militares reteniendo ganado, lo que tuvo por consecuencia la migración (por falta de sustento de vida) desde el campo a la ciudad. Serán estos cambios políticos-históricos los que determinarán que las hermanas Quispe aumenten sus sentimientos de aislamiento y no representatividad. A sus alrededores no hay nadie parecidas a ellas, nadie que las entienda. En búsqueda de esa compañía, deciden emprender camino a “la María” (lenguaje para denominar la muerte), junto con sus cabras y las montañas, que durante mucho tiempo fueron su única compañía.
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