Como en todo, en el cine existen casos curiosos. Uno de estos casos es el del plano que aparece de forma idéntica en las películas “Dark City” (1998), “Requiem for a Dream” (2000) y “House of Sand and Fog” (2003), tres obras de tres directores diferentes y en donde, en todas, la actriz Jennifer Connellycamina hacia el final de un muelle. A ellas, se les suma el plano eliminado de “A Beautiful Mind” (2001) donde Connelly, camina, una vez más, hacia el final de un muelle, esta vez en un lago. Una extraña coincidencia como explican dos de los directores:
«The pier scene comes from a personal moment in my own life. When I was a teenager, I once met a girl I had a crush on out at that Coney Island pier. When I was writing the script, before I cast Jennifer, I decided to draw on this personal moment. Unfortunately, I had missed ‘Dark City’ and had no idea there was a similar image in Alex Proyas‘s film. When we got to the pier Jennifer told me how strange it was that both films used this image. At that point, it was too late to change things. So I went for it. Since the shoot I’ve watched ‘Dark City’ and was amazed that not only did we use a similar shot but we used the same actor. I guess I fed off of some ether that Alex created and presented to the universe. So I owe him thanks as I owe so many filmmakers who continue to influence me consciously and unconsciously.» – Alex Proyas, director de “Dark City”.
“The truth is that the pier scene in House of Sand and Fog was never scripted or prepared for. We were shooting the beach scena with Kathy and Lester at the table, while waiting for the sun to set. I looked around, saw a pier covered with birds, and suggestte that Jennifer Walk out there for the cameraman. I thought the image would fit somewhere at the end of the film during Kathy’s introspective descent. I was just surprised at the similarities between the scenes. Creative osmosis – I guess – is the only answer if you discount any rumors of a dark, sinister conspiracy to control the minds of the filmgoers throught pier-based manipulation” – Vadim Perelman, director de “House of Sand and fog” (Casa de arena y niebla)
Fuente: de Transcripción de GoogleBooks de la Sección Answer Man, del sitio de Roger Ebert
Pero a veces hay más que coincidencias u “osmosis creativa” como intenta explicar Perelman. Brian de Palma y Quentin Tarantino, por solo mencionar un par de directores de cine que se me vienen a cabeza, norteamericanos ambos, de generaciones muy diferentes, desarrollan y perfeccionan durante su filmografía las temáticas propias del llamado, y muchas veces manoseado, “cine de autor». Es decir, ese famoso término que enmarca un mundo rico en diversos, reconocibles e individuales decisiones y preferencias estéticas y argumentales, que cruzan, con regularidad, cada uno de sus largometrajes. Pero, como en todos los autores, la creación del arte no surge a partir del vacío y existe siempre un fuerte marco de referentes, en este caso cinematográficos, que los influyen, desde que vieron cine por primera vez.
De Palma, el chico menos popular del curso (de réplicas y homenajes).
Con amigos como Scorsese, Spielberg, Lucas y Coppola, la competencia vaya que es fuerte para Brian. Sin embargo, hace ya un par de décadas, que ha venido construyendo una personal y muy potente gramática visual. Solitario explorador del lenguaje de cámara, amante de los planos secuencias, split screens, god’s eyes, larguísimos travellings y fetichista absoluto de ciertos espacios (estaciones de tren, ascensores, escaleras, escaleras, escaleras); Brian De Palma ya no es el chico que en sus primeros largos se contentaba con referenciar, replicar, remezclar y homenajear el estilo y la temática Hitchcockiana. Hoy, con un cine consecuentemente particular y reconocible en su forma y contenido, como lo puede ser una película de Sir Alfred, o algunas figuras contemporáneas como Burton, Thomas Anderson o Lynch; el talento y discurso cinematográfico Depalmiano, en lo que refiere a su existencia, individualidad y propuesta, no es un tema a discutir. A pesar, de que algunos críticos sigan llamándolo «un talentoso copista».
Tarantino, El rey de la venganza (de referencias y reinterpretaciones).
Tarantino, por otro lado, continúa paseándose y reinterpretando sus géneros favoritos (¿un posmoderno Stanley Kubrik?) con brillante insolencia, regalándonos su película de atracos («Reservoir Dogs»), pulp («Pulp Fiction»), cine B («Deathproof»), artes marciales («Kill Bill 1 y 2»), blaxploitation («Jackie Browne») y este 2009, la bélica («Inglorious Basterds»). Todas, teñidas del rojo de la venganza. Coming soon: western, policial, terror, ciencia ficción…
Tanto Quentin como Brian y tantos otros antes de ellos, como explicaba, se forman y construyen la base de su cine – o de cualquier arte para tal caso – en torno a las influencias del arte anterior, de ese otro cine, aquel que fagocitaron con placer en su infancia, en su adolescencia. El cine que las biografías tanto gustan de recordarnos con mil anécdotas. Si fue el abuelo quien llevaba a De Palma al cine todas las tardes, si fue un joven que vió películas mientras palidecía en un hospital (Scorsese) , o existía en alguna tienda un dependiente de videocclub peligrosamente cinépata (Tarantino) que respiraba/vivía cine, son todos cuentos que ponen la guinda sobre la torta. Lo que importa finalmente, es la transformación de ese cine anterior en algo completamente nuevo, la nueva forma que tomará bajo sus lentes.
Se reabre el juicio: Dark City vs The Matrix (de plagios por confirmar)
Hay casos más dudosos, donde los directores que aparentemente se «inspiran» en algunas películas; en realidad se apropian de su propuesta estética y su temática, a niveles realmente insospechados.
Superficialmente, esta categoría la recorre el (de)géner(ado)o paródico actual (me repito: ya he admitido que soy incapaz de soportarlo y menos entenderlo) que se dedica a replicar escenas de los trailers, para los espectadores a los que se estima incapaces de haber visto los filmes completos.
Burdos y simples burlas, hay otros casos un poco menos evidentes y bastante más sospechosos. Cuandola pelicula-plagiada es vista como fuente de contenido no reconcido (como en “Disturbia”, que no reconoce ni en letras pequeñas a “Rear Window” en sus créditos, teniendo ambas historias similares), se asiste a un verdadero “avivamiento” cinematográfico, a un pequeño gran robo.
«The Matrix» (1999), de los hermanos Wachowski, es quizás una de las películas más populares de la última década, una panacea de efectos especiales innovadores, cámaras lentas orgiásticas y discursos filosóficos bien reciclados en una historia que entretiene.
Un hombre común (Neo en «The Matrix» / John Murdoch en «Dark City») vive en una ciudad ficticia, que es totalmente creada y manipulada por seres que no son humanos (Las máquinas / Los extraterrestres ), los cuales se mueven por ella de forma desapercibida a través de unos agentes (Los agentes / The Strangers). Estos controlan y utilizan de forma cruel a los seres humanos, que sólo viven para servir a sus fines (energía / búsqueda del alma humana). Con el llamado telefónico de un mentor (Morpheus / Dr.Daniel P.Schreber), que sabe que este hombre común es realmente “el elegido”; y el conocimiento que éste le entrega, decide entrenarse y combatir a sus enemigos. En el camino, se enamora de una mujer (Trinity / Emma o Anna) que lo ayudará y a la cual también tendrá que salvar. En el enfrentamiento final al antagonista (Mr. Smith / Mr.Hand), que a su vez se ha rebelado a sus superiores, descubrirá como manipular y “leer” este falso mundo, usando el poder de la mente, lo que le permitirá volar, defenderse y mover objetos en el aire, convirtiéndose en el salvador de los seres humanos.
Algunos temas de la historia y una abrumadora mayoría de los elementos visuales que construyen la atmósfera del film, alabados por millones de espectadores, y que la convirtieron en un gran éxito de taquilla; pertenecen, en gran parte, a otro film anterior en un año (1998), dirigido por Alex Proyas, y llamado «Dark City”.
Este film, de grandes virtudes, y que referencia a su vez a “Metrópolis” de Fritz Lang, lamentablemente pasó sin pena ni gloria por el cine y fue considerado un fracaso económico (aunque no artístico) por su compañía productora, relegándola al archivo y un futuro culto que creció cuando salió en DVD. Como se grafica más abajo en esta página, el parecido entre ambas, más que coincidente y sospechoso, es extremo.
La defensa se inquieta:
¿Pero, que asidero tienen estas sospechas? Si bien, mientras “Dark City” terminaba su post producción, “The Matrix” estaba finiquitando su realización, es de suponer que ambas deben haber estado en preproducción casi al mismo tiempo, creándose con algunos meses de diferencia. Además, ambas se relacionan a géneros como el film noir o cine negro, la ciencia ficción, y por supuesto, a los comics.
El fiscal presenta algunas evidencias:
1.Comparten personas en sus respectivos equipos técnicos:
- El productor Andrew Mason.
- La co-directora de arte Michele McGahey.
- La productora de Management Carol Hugues.
2.La arquitectura se recicla:
- Comparten set: Para abaratar costos, Warner Brothers, productora de ambos films, recicló varios de los sets de «Dark City» para «The Matrix». Estos fueron desarmados y reutilizados.
Aquí, algunas comparaciones gráficas, mérito de Jorge Morales, publicadas en su sitio web. Como se pueden ver, comparten bastante en contenido, iluminación, fotografía, objetos, encuadre en algunos casos y por supuesto, el espacio del set; construcción arquitectónica esencial que no sólo es el fondo donde se realizán las acciones del guión, sino que, en este tipo de film, constituye parte fundamental de la propuesta escénico-cinematográfica.
“Dark City” (1998) a la izquierda, “The Matrix” (1999) a la derecha. El jurado mientras tanto, pensará en su veredicto. Opine.
* Nota: Este post, ahora reescrito, apareció antes en el defunto sitio www.cinemasarquitectura.blogspot.com