Simple comme Sylvain, Esto no va de amor

Simple comme Sylvain (2023), es la tercera realización de la actriz y directora canadiense Monia Chokri, en el film se cuenta la historia de Sofía, interpretada por Magalie Lépine-Blondeau, una profesora universitaria especialista en filosofía que vive sin sobresaltos con su pareja Xavier, también académico en la ciudad de Quebec. Al parecer todo marcha apaciblemente, hasta que deciden comprar una casa de campo a las afueras de la urbe y se debe hacer una evaluación de la vivienda para tener un presupuesto de las reparaciones que implicaría el nuevo hogar de veraneo de la pareja.

Es en ese momento que entra en escena Sylvain, actuado por Pierre-Yves Cardinal, un contratista que debe realizar la tarea, es entonces que se chocan Sofía con el obrero calificado y como dos polos opuestos, en cuestión de horas, generan una atracción instantánea. La tranquilidad desaparece conforme pasa el metraje, la académica no entiende lo que ocurre con ella y al mismo tiempo que intima con el trabajador trata de dar razón de lo descabellado de la situación, el hombre corta la disquisición filosófica en pleno acto con una pregunta radical:

¿Por qué estás luchando contra tu verdadero yo?”

Con un cierto homenaje visual a la nouvelle vogue francesa, con detalles como la interacción de los personajes con una música muy parecida a las bandas sonoras de las películas galas de los ´60, se despliega esta tragicomedia y también se nos descubren bellos paisajes de la Canadá profunda.

Sin embargo Chokri, nos da pistas de la monótona y monocorde existencia de Sofía, los mismos amigos, ambientes, códigos, pareceres y la misma jerga, solo cuando hace su clase abierta a la comunidad, donde justo ese semestre en un curso habla filosóficamente del amor, existe un poco más de pasión en su vida. Las clases se intercalan dentro de la película como un excelente contrapunto teórico que luego encarnan los personajes. Patética es la escena de una conversación entre ella y Xavier, interpretado por Francis-William Rhéaume, en donde siendo pareja duermen en camas y piezas separadas, claramente hay un elefante en ese bazar, pero nadie quiere mencionar que está allí.

Sylvain de un ambiente social completamente distinto al de Sofía es casi como si fueran de planetas diferentes; él es un tipo directo y práctico, hacedor de cosas, resolutivo y dispuesto que se engancha rápidamente de la profesora universitaria. Azuzados por lo fuerte del deseo que moviliza, cada uno es el explorador del mundo del otro y juntos generan un tercer espacio en donde las diferencias se opacan en una pasión desbordada. Finalmente se concreta el adulterio; moteles, apart hoteles, paseos fuera de hora en puertos y parques son los lugares en donde podemos ver se desarrolla esta infidelidad.

Sofía padece la peor parte de esta relación extramarital, quiere a Xavier pero no ya como su pareja y el contratista le ha dado vuelta la vida como un guante. El doloroso primer aprendizaje es la constatación de esta verdad; ya no hay más sentido vincular con el académico y es su deber decírselo para sacarlo del ridículo de ser el cornudo de esa historia. Cerrando esa relación puede despejar su corazón para que Sylvain entre a su existencia y comienza una luna de miel extensa y fogosa, donde  las contradicciones son percibidas como nuevas formas de gozosa vida, clave es la frase que le dice Sofía a su amiga:

Hacemos el amor constantemente […] yo cocino, el repara cosas, caminamos por los bosques, me ha  devuelto a lo elemental”.

El climax de esta nueva época es cuando la protagonista se plantea la posibilidad de tener un hijo con su enamorado.

Sylvain le abre las puertas de su intimidad familiar a Sofía, ella encantada conoce a nuevos personajes que nada tienen que ver con su cotidianidad, su cuñado también trabajador de la construcción y la esposa peluquera. Movida por el amor al contratista se zambulle en esa experiencia y traduce su lenguaje habitual, acerca las distancias de cuna y educación lo más que puede para acoplarse de buena manera a la familia de su novio. Sostienen los vaivenes de la mejor forma posible, hasta que empiezan las fisuras, el punto álgido es una discusión por celos de Sylvain. Sofía vuelve a su naturaleza de investigadora académica y critica al escritor favorito del obrero por ser de pensamiento conservador. El hombre se ofende porque le cuestionan sus gustos personales. La profesora continúa con una de sus clases más arbitrarias usando su tono catedrático, lo que enloquece al tipo que le pide que no se exprese de esa forma con él, crucial es la respuesta de ella:

En mi mundo hablo muy normalmente”

y la crisis se vuelve inevitable.

Sola sin Sylvain y con un deseo que la excede, Sofía prueba el sexo casual con un chico que conoce en un supermercado, si bien funcionan ni siquiera quiere ver al tipo durante el acto. Luego intenta volver a la intimidad con Xavier, pero la escena del paseo con su ex por un cementerio antecede a lo fallecida que está esa relación. La pasión, sin embargo, hace su trabajo y los vuelve a juntar con el obrero, pero las asimetrías culturales cada día que pasa son más notorias, volviendo el cumpleaños de Sofía otro momento epifánico para la pareja.

Simple comme Sylvain a pesar de que tiene un argumento romántico, finalmente no se trata del fin del amor con Xavier, ni del arrebato desbordado por Sylvain, Sofía casi al cerrarse la película, se da cuenta que el transitar esta vida implica un mayor entendimiento de si y ambos hombres, de una u otra forma, le han ayudado a ese crecimiento personal. Luego de esta travesía por diferentes sensaciones y sentimientos se ha re encontrado consigo misma, pero con el regalo de ser mucho mas consiente de su propia existencia, alcanzando nuevos grados de madurez y plenitud.

 


* Esta crítica fue publicada originalmente en OmnivoraCultural, el blog de su autora que te invitamos a visitar.

Simple comme Sylvain está actualmente en MUBI.