El cielo fue testigo

Momento de ponerse al día con otra película del Señor John Huston (El Tesoro de la Sierra Madre, El Halcón Maltés, La Reina Africana), aprovechando el Ciclo de Mujeres Icónicas de la Sala de Cine UC, que continúa hasta el 25 de marzo. Luego de haber visto La Noche de la Iguana, también de John Huston, es el turno de este otro clásico y en pantalla grande.

Sentado en primera fila al lado de un señor octogenario durmiendo plácidamente desde antes que comenzara la película (pero que despertó y luego se fue a media película, quizás cuanto tiempo llevaba soñando) pude disfrutar de este clásico de 1957 ambientado en la Segunda Guerra Mundial, en el escenario del Pacífico. Heaven knows, Mr. Allison (su título original) comienza mostrándonos a un naúfrago militar, el soldado Allison (Robert Mitchum), bajándose aliviado de una balsa inflable en una isla desconocida. Camina por la deshabitada isla hasta ver una pequeña capilla. Junto a ella da encuentro al único otro residente del lugar, la hermana Angela (Deborah Kerr), una joven monja misionera que inmediatamente lo recibe, mientras evalúa el carácter de Allison.

ALLISON

You’re alone here?

SISTER ANGELA

God has been with me.

Luego de conversar un poco, el respetuoso Allison le confirma a su inesperada compañía que están aislados del mundo, completamente incomunicados y con la inmensa probabilidad de jamás ser encontrados pues la isla es muy pequeña y está a cientos de kilómetros de islas principales, sin ningún medio para llegar a ellas. Además, la misión de la monja abandonó la isla oficialmente, según le cuenta ella y al soldado se le ha dado por muerto en un ataque japonés. ¿Por qué alguien los buscaría?. Allison y Angela serán su única compañía en una isla que tiene todo lo necesario para que puedan sobrevivir bien, alimento como frutas, peces y un techo más que aceptable donde dormir. Pero si esta es desde ahora su eternidad (o al menos su hogar por muchos años) ¿podrá haber, además de alimento y techo, amor?.

SISTER ANGELA

Good morning, Mr. Allison.

ALLISON

I must’ve been off my rocker last night. A marine oughtn’t to get married. His duties are with the family or the corps. One of ‘em’s gotta get the short end. In the service, they’d ask us, ‘what’s better? A bad husband, or a bad marine. Well, he ends up *both*. Do me a favor, huh, ma’am? Just… just forget I opened my big mouth.

SISTER ANGELA

[walking away] …

Certainly, Mr. Allison.

Experto en enfrentar dúos completamente disparejos y establecer posibilidades románticas entre mundos tan, pero tan diferentes, como ya lo hizo en la excelente La Reina Africana (1951) con Humphrey Bogart y Katharine Hepburn, John Huston nos regala otro dúo donde poco a poco se insinúan las posibilidades de establecer una relación romántica entre ambos, entre diálogos y experiencias de la sobrevivencia en paisajes selváticos. Sin embargo, en esta película muy bien escrita, Huston entiende que esto no es algo que se apresure y tiene la habilidad de colocar la conciencia de Angela, sus valores, por sobre cualquier cliché que podríamos ver en otra historia. Interpretada perfectamente por Deborah Kerr, en una de sus cuatro nominaciones al Oscar (el cual nunca ganó), la actriz sabe como expresar la vocación de su personaje como algo realmente serio (tomar una decisión como esta no es un capricho espiritual), manteniendo su comprensión y empatía con Allison, un hombre sencillo que no conoce mucho del mundo ni de sus emociones.

Un punto interesante del guión para generar el conflicto interno de estos personajes, que comenzamos a querer y apreciar cada vez más, al ver como trabajan y comparten juntos, es que la hermana Angela estaba a punto de realizar su juramento para consagrarse a Dios antes de ser abandonada en la isla. Esto Allison lo malinterpreta como la posibilidad de que ella se arrepienta y decida dejar los hábitos ahora que lo ha conocido, a la luz de todo lo que han vivido juntos. Sin embargo, Allison va a entender gradualmente que la hermana ha tomado una decisión que ha tomado muchos años, no es algo a la ligera y hay otros tipos de amores. Enfrentados a una invasión japonesa, la sobrevivencia de ambos en una cueva oculta se pone al límite, escondidos en esta pequeña isla donde ser descubierto equivale seguramente a la muerte y a otras vejaciones posibles. Es aquí también donde la película reflexiona sobre la vocación que no pueden cumplir cabalmente en la isla: la de Angela con Dios en ayuda de una comunidad y la de Allison en el ejército defendiendo a su país. El amor, en forma de amistad, protección y cuidado de Allison hacia Angela se abre paso en el tercer acto y deja al espectador satisfecho con una historia que está desarrollada con mucho cuidado.

 

El cielo fue testigo
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