¿No les pasa que están viendo una película y sienten, sin razón ni fecha específica -ajá! la vi una tarde en casa de X- que ya la vieron?. ¿Acaso la vi un día semi dormido o definitivamente en coma mientras algún canal del cable la daba durante la noche, absorbiéndola así de forma inconsciente, con mi cerebro -agotado seguramente de andar editando quien sabe qué- capturando los ruidos incoherentes provenientes del aparato?. Por otro lado, creo, casi con seguridad, que esta película no la vi durante su estreno, espantado probablemente por algunas críticas negativas y, más bien, la familiaridad que siento con la película es porque me recuerda a tantas otras anteriores y posteriores a ella.
Partamos con su director, Zhang Yimou, del que vagamente le recordaba las alabanzas a su cine, décadas atrás, cuando se veneraban Hero (2002) y The House of the Flying Daggers (2004), dos películas que vi en su momento y de las que solo recuerdo pasajes visuales -muy hermosos si, recuerdo haber quedado particularmente bañado en hojas de otoño, pero ¿de que trataban ambas?- y que aquí, al frente de este aspirante a blockbuster Chino con Matt Damon, un actor blanco de Hollywood a su cabecera (el complejo del gran salvador blanco que le dicen), trae su paleta primaria de colores intensa de vuelta, con la perilla de la saturación desbocada y esa obsesión, coloreada también, por los vitrales que le recuerdo en The Flowers of War. Las cámaras lentas en escenas de acción, antes tan especiales en el cine y hoy absolutamente ZackSnyderizadas sin asco por decenas de directores, partiendo por supuesto por el amante mismo del slow motion y director de la narcisa Zack Snyder’s Justice League (2021, vastamente superior en todo caso a ese engendro que hizo Joss Whedon), no son, con escuálidas excepciones, razones ya para maravillarse.
Pero quizás es muy superficial y poco coherente de mi parte criticarle al director que utilice su sello de distinción… ¿solo porque su película se pierde en un montón, o no?. No lo sé, quizás esta película sobre una invasión alienígena y el verdadero propósito de la muralla china la he tomado en mal momento y el contraste con las otras películas de ciencia ficción de la semana la han dejado como esa zapatilla vieja de tu closet: amiga familiar y cómoda, pero hey, creo que estoy buscando algo mejor en este momento.
Para pasar el rato. Y quedarte dormido. De nuevo.