Risen

Eres un policía antimotines, o de la antigua legión extranjera, o un mercenario o capitán de un ejército, en un lugar de grandes conflictos armados, todos los días se lucha y hay muertos. Perdido en un infierno bélico, en medio de la nada, una de las obligaciones, además de tratar de pacificar la zona, es ejecutar a los terroristas rebeldes y enterrarlos en fosas comunes. Pero qué pasaría si desaparece el cuerpo de uno de los ejecutados, uno que ha causado varios problemas internos a la autoridad que administra la zona en disputa. Este es el argumento en clave de thriller policiaco que tiene Risen (2016), en español ResurrecciónEl resucitado La resurrección de Cristo del director Kevin Reynolds. Aquí se representa la pasión, muerte y resurrección de Cristo vista por los ojos de un tribuno romano, aquel que tuvo “la mala” o “buena fortuna” de tener que supervisar la crucifixión, ejecución y entierro de Yeshua, un detenido y procesado por sedición, ya que se proclamó “rey de los judíos”. 

Clavius Valerius –interpretado por Joseph Fiennes- es un tribuno romano destinado casi a los extramuros del Imperio Romano, allí realiza su trabajo de manera letal y eficaz, esperando que pase el tiempo adecuado, para que venga el ascenso, que lo saque de esa brutal zona de conflicto que era la antigua Palestina; administrada por los romanos, con un rey títere, puesto por la autoridad mayor, con autoridades locales religiosas judías, que aseguraban su posición de poder, dentro de un status quo, y en paralelo, con masas populares dispuestas a soliviantarse a la más mínima provocación imperial, azuzadas por los zelotas. Así las cosas, para Clavius cada día es un baño de sangre igual al otro, se puede ver un cansancio y hastío generalizado por parte del tribuno. Se suceden las muertes violentas de los insurgentes, de los compañeros y subalternos de Clavius. Todo es un gran marasmo marcial, donde una de las cosas más importantes para Clavius, Pilatos y el emperador es mantener, a toda costa, el control de todo lo que ocurre en los rincones del imperio. 

Un día toca rematar a un tal Yeshua, un condenado a muerte en cruz por sedición, que ha provocado bastante alboroto dentro de la población declarándose “rey de los judíos” e “hijo de Dios”. Clavius supervisa los minutos finales del condenado, le da la orden a uno de los soldados para que le clave la lanza, y no le quiebre las piernas, mientras escucha el llanto de la madre del condenado, y ordena que la hagan callar. También ve como uno de los centuriones declara que ese condenado era inocente y lo reprende por aquel comentario.

El poder político se expresa en los miembros del Sanedrín, que le piden al procurador romano Pilatos, que se refuerce y selle la tumba de Yeshua- que fue cedida por un tal José de Arimatea, también miembro del Sanedrín- puesto que hay rumores de que los seguidores del ejecutado roben el cuerpo, para fines de desestabilización política. Otra vez Clavius tiene que supervisar que la tumba esté en orden y sellar la entrada, para asegurarse que nada extraño ocurra. 

Y sobrevino el hecho que da fundamento al cristianismo hasta el día de hoy. Pero ahí está la genialidad de Reynolds, porque estamos dentro de la cabeza de un ciudadano romano, que está desarrollando su carrera militar, con mucha efectividad, con vistas de volver a Roma y disfrutar de esos logros. Un tipo que le hace sacrificios al dios Marte y lo nombra en batalla. Y que en ese momento pertenece al imperio  más poderoso del mundo. En ese contexto, evidentemente, la resurrección de alguien está fuera de cualquier posibilidad. 

Y aquí el filme entra de lleno al formato del thriller policial; se empieza la búsqueda de los testigos, se hacen indagatorias, se arresta a cualquier sospechoso de conocer al ejecutado. La línea de investigación de Clavius es la misma que tiene el Sanedrín: los seguidores de Yeshua robaron el cuerpo y están esparciendo la noticia de su resurrección, para levantar al resto del pueblo en contra de la ocupación romana. Pero todo se vuelve muy difícil de aprehender para poder armar el rompecabezas de la desaparición del cuerpo, los testigos dan respuestas muy vagas. Una ciega asegura “me amaba y me levantaba”. Notable es parte del interrogatorio que se le hace a María Magdalena:

María Magdalena:        Él está aquí.

Clavius:                       ¿Es un fantasma? ¿Un espectro? ¿Está vivo de nuevo?

María Magdalena:        Abra su corazón y lo verá.

Clavius:                       Veo un engaño para mantener viva una cruzada. Podría hacerte hablar, por la fuerza, matarte en segundos.

María Magdalena:        Eso no importa.

Clavius:                       Una mártir.

María Magdalena:        No.

Clavius:                       Entrégame a los demás y te dejare libre.

María Magdalena:        Yo ya soy libre.

Logramos entrar en el desconcierto de Clavius por estas frases, aparentemente sin sentido, que dicen los testigos que conocieron al Nazareno. Frases que, por su tenor, nosotros sabemos que son una pre configuración del discurso cristiano y evangelizador. Clavius sigue con las pesquisas día y noche, hasta que en una especie de redada, es él mismo, al abrir una puerta en un barrio humilde, que se encuentra cara a cara con Cristo resucitado. Sobre sale en esta escena la actuación de Fiennes en donde se ve al personaje en una toma a contra luz, luego se ven los pies de Clavius retrocediendo, más el efecto sonoro del eco, que genera la sensación de que todo está muy lejos, percepción producida, en general, cuando se vive una fuerte conmoción sicológica. En un primer plano en contrapicado, vemos la cara de desconcierto de Clavius, cuando es el mismo Cristo quien lo invita a pasar. Se puede ver en la mirada del personaje el desmoronamiento de todo un marco referencial que lo circundaba y le daba una explicación de sí, situación que se ve reforzada por la imagen de la espada, que se cae de la mano del tribuno. Vemos a Clavius sobrecogido, apoyado y luego sentado en el suelo, contra  la pared, observando una reunión del Resucitado y los 11 apóstoles.

Aquí el thriller policial hace una contorción, y nos parece que el resto de la película es una gran metáfora del impacto de Cristo en la vida de una persona. En donde, con tan sólo acercarse a la figura del Mesías, implica un cambio en el fuero interno de la persona que se encuentre con él, así pasa con Clavius, que de ser perseguidor de los discípulos- a la manera de Pablo- lo encontramos devenido en un duodécimo apóstol “transitorio”, ayudando a los 11 que quedan, para que lleguen a Jerusalén sanos y salvos para volver a encontrarse con su Señor. Es en ese camino, con Pedro y con Bernabé, que Clavius conversa sobre este acontecer; la resurrección, si verdaderamente creían en eso y del porqué de este  rey resucitado, tan alejado del poder político. Se puede observar como el personaje trata de entender, incorporando nuevos parámetros, la situación de Jesús y de los 11 que lo acompañaban.

Bella es la alegoría del “encuentro personal con Cristo”, que en esta película se ve representada en un dialogo, en medio de la noche, que finalmente logran tener Clavius y el Nazareno:

Clavius:                                   No puedo conciliar todo esto con el mundo que conozco. 

Cristo:                                     Lo has visto con tus propios ojos y aun así dudas […]. ¿Qué te asusta?

Clavius:                                   Equivocarme, jugarme la eternidad en ello.

[…]

Clavius:                                   Yo estuve ahí cuando moriste. Colaboré.

Cristo:                                     Lo sé. ¿Qué es lo que buscas Clavius? ¿Certeza? ¿Paz? ¿Un día sin muerte?

Con las últimas frases de Cristo, Clavius entiende que el Resucitado siempre lo conoció, que hay algo sobrenatural en todo ello, puesto que ocupa las palabras que él mismo dijo a su jefe, sobre las cosas que esperaba, en un futuro, para su carrera. En donde “la paz” y “un día sin muerte”, en pleno campo de batalla, se volvieron anhelos profundos, dentro del distanciado y duro corazón del tribuno. Cristo logra llegar personalmente al mundo interno de Clavius, es ahí donde las resistencias se acaban, se comienza a creer y a confiar en el Nazareno, lo que provoca un cambio radical en la vida de los que lo conocen a ese nivel. Así paso con los apóstoles, que dejaron sus trabajos y oficios para seguir a su Mesías, y así vemos que está empezando a acontecer con Clavius, que de perseguidor de los apóstoles devino ayudista y posible discípulo de los mismos. Los creyentes hablan de este “encuentro personal con Cristo”, en donde el Resucitado deja de ser una idea abstracta o parte de un libro, para pasar a ser una persona, que los ha marcado profundamente. Es la experiencia vital que tienen en común la gran mayoría de los santos católicos, así como los más celebres cristianos protestantes. Al parecer, la cristiandad toda mejoraría si se multiplicaran los Clavius dentro de sus feligresías y cúpulas.   

Risende Raynolds se emparenta con la película El manto sagrado(1953) dirigida por Henry Koster. Se podría decir que el filme del 2016, es una actualización de la conversión de un romano al naciente cristianismo. Puesto que, la película del ’53, es un drama épico histórico, con miles de extras y mucha exuberancia hollywodense, mientras que Risendeja de lado esas ostentaciones, para centrarse en la experiencia personal y sicológica de Clavius con Yeshua.  En el caso de El manto sagradoMarcellus-interpretado por un joven Richard Burton-es el tribuno que supervisa la muerte de Cristo y cuando los soldados se juegan las ropas del condenado, es él quien se gana la túnica, estos dos hechos azarosos lo llevaran a su propio camino de conversión.