Terminas con tu pareja por teléfono. Escapas de tu departamento. En tu auto, en la mitad de la noche, manejando a través de un oscuro paisaje, un auto te choca por detrás y quedas inconsciente. Despiertas en un colchón en el suelo, en una pequeña pieza en un bunker subterráneo, con las manos amarradas. Es por tu propio bien, te dice Howard (John Goodman): «te he salvado la vida». Este hombre desconocido te dice que no podrás salir del bunker, pues el fin del mundo, en la superficie, ya ha comenzado. Eres una mujer joven llamada Michelle (Mary Elizabeth Winstead) y… ¿le crees a Howard? ¿te perdiste el inicio del fin del mundo? ¿Howard tiene otras intenciones para dejarte encerrada en el bunker con él y con Emmett (John Gallagher Jr.)?.
El primer largometraje de Dan Trachtenberg (el mismo que hizo un cortometraje sobre Portal, unos años atrás), ocurre en el mismo universo de Cloverfield (2008), la película de Matt Reeves que convirtió a la ciudad de Nueva York en papilla luego de una monstruosa invasión extraterrestre; evento que terminó abruptamente la fiesta de unos amigos en un departamento -con buena vista- en Manhattan. Esta vez, estaremos muy lejos de la gran manzana, en un auto construido y hogareño family shelter, esos bunkers paranoicos que se le vendían a paranoica sociedad norteamericana durante la guerra fría en los años 50’s.
Esta es una historia que se desarrolla casi exclusivamente en el interior de un lugar confinado pero de múltiples niveles y sub espacios (cada centímetro cuadrado es bien aprovechado por el guión y la cinematografía de Jeff Cutter), que cuenta con todas las comodidades de un hogar moderno. El juego consiste en cómo Michelle es capaz de ir uniendo las piezas del rompecabezas sobre la vida y los objetivos de Howard (un paralelo a los puzzle que al anfitrión le gusta armar en silencio) y mientras el pasado de este misterioso hombre se va develando, interpretado la perfección por ese gigante que es John Goodman (el siempre querido e incomprendido Walter Sobchak, de El Gran Lebowski), las pistas sobre lo que realmente está pasando en el exterior se van acumulando. Interesante evolución del carácter y fortaleza de Michelle, una mujer que comenzó esta historia huyendo para convertirse finalmente en una heroína en ciernes.
PD. No es necesario ver Cloverfield para disfrutar de esta pequeña joyita.
Bonus
Algunas fotografías e ilustraciones de los años 50’s-60’s con los Fallout Shelter, hermosos bunkers familiares para sobrevivir a la tercera guerra mundial.