The Voices

Cinco años atrás en este sitio -cómo pasa el tiempo, demonios- comentaba lo fascinante que me resultó ver en el cine la propuesta de «Enterrado» (Buried, 2010), dirigida por el español Rodrigo Cortés. En ella, un desorientado hombre llamado Paul Conroy abría sus ojos en el interior de un ataúd. Enterrado varios metros bajo la tierra de un país foráneo -para el protagonista- y con pocos minutos por vivir en su cajón, la película no nos dejaría salir del encierro hasta el final de su metraje y por lo tanto, del personaje. Entonces comentaba lo inusual y refrescante que esta película era para la filmografía, bastante floja hay que decir, del actor Ryan Reynolds, que por ese momento se apartaba del mainstream hollywoodense para apostar por un proyecto original. Aparentemente, y corríjanme si en este tiempo, entre Linternas Verdes y comedias ligeras desechables, es que hubo algo de mayor interés o realmente tenían que pasar estos cinco inviernos para que Reynolds volviera a apostar por el coraje y salirse de sus esquemas.

"Dónde está mi comida, pendejo!"
«Dónde está mi comida, pendejo!»

En «Las Voces» (The Voices), dirigida por la directora iraní Marjane Satrapi, la misma que nos regaló la notable «Persépolis» (2007), Reynolds utiliza su pinta de whiteguy/niceguy para darle cuerpo a un psicópata que no sabe que lo es, papel escaso -¿el primero?- en su carrera. De esos dementes que se ven en los noticieros de EE.UU., donde unos vecinos con cara de inocentes inevitablemente dicen a cámara «pero si Jerry era tan simpático, ¡jamás me lo habría imaginado!«. Lo interesante está precisamente en como Reynolds y Satrapi nos meten en la mente perturbada del cándido Jerry, un niño en cuerpo de adulto que vive en la más completa soledad.

Fiesta en la oficina, según Jerry. El baile es con la angelical Fiona (Gemma Arterton). Ay, Gemma Arterton.
Fiesta en la oficina, según Jerry. El baile es con la angelical Fiona (Gemma Arterton). Ay, Gemma Arterton…(sigh)
Jerry (Ryan Reynolds): otro día en un trabajo perfecto.
Jerry (Ryan Reynolds): otro día en un trabajo perfecto.
Una muy inglesa y decapitada Fiona, conversando animadamente con Jerry.
Una muy inglesa y decapitada Fiona, conversando animadamente con Jerry.

Como la realidad es muy dura para ser afrontada, Jerry prefiere vivir en un mundo de colores  a lo Wes Anderson, como la muy rosada y hermosa fábrica de tinas donde trabaja, el cálido restaurante chino donde baila un Elvis oriental (!), su pequeño aunque bonito departamento sobre una colorida galería de bowling y la parlanchina compañía de su adorablemente fiel perro Bosco y el demencial Mr. Whiskers, su maléfico gato.

Sí, dije parlanchina. Sus mascotas le hablan. O eso es lo que a Jerry le gustaría creer…

Notable papel para Reynolds, en una película que combina con cuidado un divertido humor negro -«Bienvenido a mi mundo» le dice el felino, abusivo y diabólico Mr. Whiskers a Jerry, luego de que este comete su primer asesinato- en un recorrido por las ilusiones de un protagonista que prefiere soñar antes que aceptarse tal como es.

Hay también algunos momentos de bastante oscuridad, cuando podemos ver sin mayor filtro -como en la fuerte escena del viaje al bosque o en las últimas secuencias- y por breves momentos, como es que se ven desde afuera los actos monstruosos del inofensivo y anónimo hombre, que todos quieren en la oficina.

PD1. Todas las voces, incluyendo a este conejito de calcetín, son hechas por Reynolds.

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PD2. No tengo duda alguna que si mi gata hablara me susurraría al oído sus macabros planes en contra de la humanidad. Miedo. 

PD3. Ojo con la escena musical en los créditos. Just lovely.

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