Lo Imposible

Nos encontramos ante una película de éxito en la taquilla pero que por muchas razones no contentará a los espectadores más exigentes. Aunque considero a “Lo imposible” una cinta que ofrece matices para la celebración, creo que Bayona no ha sabido extraer todo el jugo a esta historia a pesar de haber contado con todos los elementos técnicos a su alcance para su realización.

Quizá por su poca experiencia tras las cámaras, quizá por un guión demasiado sencillo, lo cierto es que a mi parecer le faltó hondura a la historia y duración al metraje.  Cierto es que Naomi Watts defiende su rol con aplomo y que las interpretaciones infantiles brillan por su realismo, y también es de agradecer que pudiéndola considerar una película de catástrofes no caiga en el efectismo sino que prepondere en ella el drama humano y la emotividad.

Hacer una película sobre el tsunami que asoló la costa de Tailandia en el año 2004 y basarse en la historia real de una familia española que estaba allí de vacaciones no debe ser fácil, si partimos de esa premisa hay un mérito innegable que nadie podrá arrebatar a su realizador, puesto que la bella factura de su acabado lo atestigua. Ahora bien, yo he echado en falta dos cosas, por un lado que la historia fuese más universal en cuanto a que parece que están solos los personajes, cuando la cifra de muertos real fue espantosa, y por otro una mirada más profunda en un tema tan trascendente, por ejemplo, el hecho de que en los países menos desarrollados no se pueda disponer de sistemas de detección de tsunamis, o si podría haberse evitado muchísimo sufrimiento si realmente la ayuda internacional fuese bien gestionada y llegase a quien debería llegar. Existe un maremágnum de infinitas posibilidades para poder enriquecer esta historia con datos reales, datos que nos deberían llevar a la reflexión, pero Bayona centra por completo su mirada en el periplo humano de esta familia española y nos priva de haber podido disfrutar de una cinta mucho más trascendente. Buen ejemplo de ello es la banda sonora firmada por Fernando Velázquez, a la que creo a la altura de las circunstancias, resultona, potente para un tráiler publicitario, pero algo insustancial en su conjunto. Pero para insustancial, el cameo de una actriz como Geraldine Chaplin, que tiene el papel más intrascendente interpretado en mucho tiempo.

El que quiera ver una buena película de desastres naturales al estilo de clásicos como “Terremoto”, o una de catástrofes de fabulosos efectos especiales tipo “2012” sin duda saldrá decepcionado de esta proyección. El tsunami en sí, comprende pocos minutos en el metraje y debido a una campaña publicitaria tan machacante como la que ha sufrido “Lo imposible” las pocas imágenes que podían sorprendernos ya las habíamos visto de antemano por televisión.

Bayona tiene 37 años, es lógico que se esté fraguando todavía como cineasta, solo cuenta con una cinta anterior “El orfanato” que recordemos, es una versión de la película francesa “El internado”. A pesar de haber recibido el Goya a la mejor dirección por su película anterior, su formación anterior es realizando videoclips para artistas como Bunbury o Nena Daconte, me gustaría ver a Juan Antonio contando una historia propia con todos sus recursos aprendidos, pero de aquí a diez años, curtido. Sin duda tiene talento para el cine pero a veces no es fácil demostrarlo, por más que vengan de Hollywood y te digan “Aquí lo tienes todo chico, rueda”.

Sin embargo es de celebrar que nuestros directores españoles estén cada vez más asentados en importantes presupuestos y prestigiosas productoras que confían en ellos, como son el caso de Juan Carlos Fresnadillo, Alejandro Amenábar o Rodrigo Cortés entre otros. Es de celebrar el gran mensaje que envía la película, directamente al corazón del espectador que lo recibe conmovido. Y seguramente que sus productores la están celebrando debido a las fantásticas cifras en taquilla que la han convertido en el estreno más poderoso de la historia del cine español.

También celebro personalmente que Bayona no haya recurrido a los modernos efectos digitales en demasía, que tanto realismo restan en algunas producciones y se haya decantado por efectos visuales más pertenecientes al cine clásico que le otorgan mayor poder en cuanto a naturalidad, me refiero por supuesto a las maquetas.

Como también lo hallo un acierto el que al final de la película aparezca la fotografía y nombres al completo de la familia española que en realidad sufrió esta odisea.

Recomiendo que todo el mundo vea la película y que cada uno saque sus propias conclusiones, porque, como bien dijo Bayona en una entrevista, es una historia que merece ser contada.

 

 

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