Antes de entrar a ver el comercial con una Audrey Hepburn digital y fotorealista, venía siguiendo hace unos días sobre la polémica en torno a una película, también digital y fotorealista; la de Ang Lee, «Life of Pi«, titulada en Chile de forma apabullantemente poco original como «Una Aventura Extraordinaria». Título dado después, claro, que los publicistas barajasen otros como «Una Película Imperdible» y «Ver para Creer». Fuera de broma, esta última frase sí la usaron como el tag en su poster, al menos por estos lados. Menos mal que esas empresas están llenos de «creativos», sino, cómo vendrían tituladas las películas…
Cualidades más o menos con respecto a esta película de Ang Lee, que es visualmente espectacular, que duda cabe (es lo mejor de ella en mi opinión), lo que ha provocado la indignación de los cientos de artistas despedidos de Rhythm & Hues (la ex-empresa creadora de los efectos de «Life of Pi», hoy quebrada) y otros de sus colegas en otras empresas quebradas o muy mal pagadas, es el agradecimiento de Ang Lee en su discurso del Oscar a todos menos a quienes convirtieron la piscina en océano, las paredes en horizonte e hicieron un tigre en el aire. Para más remate, el director ha lanzado comentarios como éste en los últimos días:
«Me gustaría que los VFX fueran mas baratos»
Es decir, Ang Lee no entiende absolutamente nada.
Es tremendamente injusto lo que pasa con estas compañías y la incapacidad de directores como Lee, en una película donde además el 85% de las imágenes provienen del trabajo de cientos de artistas (artistas, no empleados), de entender que el cine es un trabajo colaborativo, que trabajaron tanto o más que en el en esta película y en ese sentido debe reconocerse el increíble trabajo de quienes están detrás. El mismo palo se lo lanzo al director de fotografía chileno Claudio Miranda. Tanto Miranda como Lee me parecen personas de grandes trayectorias, buenos artistas, y todo bien con eso, pero del como ambos son incapaces de mencionar el trabajo de la gente del VFX en sus discursos cuando ambos se llevan los premios, es muy, pero muy cuestionable, sobre todo porque ellos sabían lo que estaba ocurriendo afuera del teatro con estas mismas personas, reclamando derechos y honorarios más justos.
[Esto último lo escribí en el facebook de 35milímetros, aquí]
Apenas he terminado de escribir lo anterior y me encuentro con que los hijos de Audrey Hepburn autorizaron a una importante agencia de publicidad a realizar un comercial de chocolates usando VFX para recrear, así como el tigre sobre el bote, a la actriz Audrey Hepburn virtualmente para un comercial (ambientado en los 50’s) en el pueblo de Malfi, Italia. Aquí entramos en otro territorio, me parece, bastante más escabroso, donde la nostalgia y el amor por un querido ícono del cine se mezcla con un aviso publicitario de un producto, los chocolates Galaxy, que la actriz no puede negarse a endorsar ni realizar, ya que está muerta hace más de 30 años y su imagen es ahora propiedad de sus herederos, que la pueden vender al mejor postor. No tengo problema con la idea misma del regreso de un actor o un ícono histórico fallecido para una aparición digital en el cine o la televisión, como por ejemplo en los casos -ambos dirigidos por Robert Zemeckis- de Humphrey Bogart en un famoso -y publicitado- capítulo para «Tales from the Crypt» o bien las figuras históricas que el personaje de Forrest Gump (Tom Hanks) conoce durante su vida, porque se entiende que en ambos casos, estos regresos conforman parte de la trama y estilo de cada una de las obras, absolutamente distintas. En el caso del regreso de Hepburn, los objetivos son bastante más pragmáticos.
La compañía de VFX Framework que, aparentemente, tiene mejor salud económica -por el momento- que la desaparecida Rhythm and Hues, explica el proceso para resucitar a la actriz de «Roman Holiday» y «Sabrina» en su sitio web.
«The process started with an exhaustive search for the perfect Audrey Hepburn double. The hope was to find someone who could give Kleinman the performance that he needed, and ideally to share as many of her features and characteristics as possible. Framestore then completed a round of extensive pre-shoot facial scanning at its in-house Capture Lab in order to deliver the complexities demanded by this project. This included a FACS (facial action coding system) session that allowed the team to record more than 70 possible muscle movements and capture high resolution textures for building their CG Audrey.
Once this groundwork had been completed, the shoot then took place at various locations along Italy’s Amalfi coast. VFX Supervisors, William Bartlett and Simon French, were both on location alongside key members of the Capture Lab team to make sure all necessary tracking and lighting data was collected. Witness cameras were used to cover action from multiple angles allowing the team to obtain an absolutely perfect track of the actress’s face.»