Uno de los síntomas más desalentadores presentes en esta era de la conectividad absoluta surge ante la claustrofóbica idea de que exista tanto material por conocer, y tan poco tiempo para abordarlo. Por tanto, una vez dentro de las vertiginosas autopistas de la información, cuesta un mundo distinguir esa materia prima imprescindible de asimilar de aquella que quedará rotundamente en los terrenos del olvido.
En este abrumador contexto, lo aleatorio y antojadizo juegan roles clave. Los hermanos Jay y Mark Duplass habitan mi dvdoteca desde hace un par de años, sin embargo a pesar de almacenar un par de títulos de su autoría, recién ahora los vengo a conocer. La razón, azarosa. Hace poco ojeé en iTunes el trailer de la última de sus cintas, Jeff, Who Live at Home (2011). En un par de clicks, la película estaba en mi poder (no todo es descontento en tiempos tecnologizados). Días después, decidí mostrarla a un par de amigos. No pararon de reír. El resultado, material fino, universal, imborrable.
Dato no menor es que en menos de una década esta dupla de cineastas se ha construido un nombre en el circuito del cine alternativo, integrando desde algunos años el denominado movimiento mumblecore del cine estadounidense. Considerada como la vuelta al cine de autor propio de los años setenta, este nuevo subgénero irradia independencia, desde sus diálogos murmurados en lugar de pronunciados y su estética deslavada, hasta sus irreverentes cavilaciones sobre inmortalidades del cangrejo y nimiedades por el estilo.
Lo que aquí realmente importa – como digna corriente hipster – es potenciar la autosustentabilidad de hacer cine, contando historias modestas y casuales, como las peripecias acaecidas sobre un treintañero (Jason Segel) que vive en el sótano de la casa de sus padres, ocupado en encontrar su destino en una serie de aleatorias ocurrencias relacionadas con el nombre «Kevin». Trivialidades mediante, que incluyen el fortuito encuentro con su hermano Pat (Ed Helms), quien sospecha que su mujer lo engaña con otro, y su madre Sharon (Susan Sarandon), acosada en su oficina por un admirador secreto, el filme termina convirtiéndose en un imperfecto pero valioso fresco cinematográfico sobre la vida misma, con todos los sinsentidos y singularidades que esta conlleva.
Estrenada el 2011 en el Festival de Toronto y desde hace pocos días lanzada en formato dvd y bluray, Jeff, Who Lives at Home cuenta con recursos estéticos imposibles de pasar por alto. Provista de una cámara inquieta, palpitante, curiosa, por decir lo menos, el efecto otorgado se acerca a los resultados dramáticos propios de las sitcoms actuales, como la premiada Modern Family, donde las aproximaciones y lejanías del zoom son clave en términos de la gramática cinematográfica deseada. Esto último, sumado al tema de Beck que suena hacia la mitad del metraje como una suerte de liberador de tensiones, consagran al filme como un ejemplo de cine de vanguardia que conoce cómo coquetear con el panorama mainstream, vivir a expensas de éste y poder darse el lujo de buscar aquellas verdades más insólitas escondidas en el ser humano. Siempre cuidando el equilibrio entre la espontaneidad y el antojo, timón que fija el rumbo de la dupla Duplass.
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