A veces todo lo que necesitas son veinte segundos de insano coraje. «Y te prometo que de ahí saldrá algo increíble», aconseja Benjamin (Matt Damon) a su hijo Dylan como método para conquistar a la chica que le atrae. Lamentablemente la escena ocurre a eso de la mitad de «Un zoológico en casa», último trabajo de Cameron Crowe, refrendando una advertencia algo tardía para quien lleva casi una hora de valentía y estómago digiriendo este dulzón y bobo drama familiar.
Benjamin es un columnista viudo que renuncia a su empleo y decide mudarse con sus dos hijos a una particular casa de campo, inserta en medio de un alicaído zoológico. En adelante su preocupación oscilará entre domar el carácter rebelde de Dylan y el de las fieras, además de cultivar números positivos para un recinto que está al borde de la quiebra. Todas arduas tareas que evocarán constantemente a Benjamin la figura ausente de su esposa, quizá el conflicto central dentro de esta azucarada historia. Pero el ingrediente más relajante del relato viene del alguna vez mejor atributo de Crowe: la banda sonora. Jónsi, el frontman de la agrupación islandesa Sigur Rós, lleva la emoción al sobrepeso, satura las emociones llevándolas hacia una suerte de «diabetes sensitiva», empalagosa hasta el exceso.
Al final, y luego de dos horas de metraje, lo increíble sí llega, en forma de pregunta. ¿Es este el mismo melómano director de cine que filmó más de una década atrás la inolvidable Casi Famosos? Coraje.