The Searchers (1956), Unforgiven (1992) y True Grit (2010)
[ por: Carlos Rodríguez Schiappacase ]
Los directores y el héroe
Los directores de los tres filmes entregan su propia mirada sobre el género en la forma en que narran sus historias y nos presentan a los personajes. Para John Ford en la película The Searchers los personajes secundarios son un estereotipo (Martin, el Jefe indio Scar, el reverendo Samuel Johnson Clayton, etc.). Mientras que en el caso del personaje de John Wayne (Ethan Edwards) más que un estereotipo permanece enigmático para los espectadores ya que si bien es el protagonista de la historia no se presenta sólo como el héroe sino como un personaje con contradicciones: no sabemos si busca realmente a Debbie para rescatarla o para asesinarla, su ética sobre los indígenas es sombría. De esta forma John Ford nos presenta el problema racial y de segregación india por medio del personaje de Ethan Edwards, para hacer patente al espectador la intolerancia que comenzaba a ser un tema social en el Estados Unidos de los años cincuenta. No resulta casual entonces que el filme se enmarque dentro del período del nacimiento del western pro indio[1]. Este héroe, cuya forma de pensar ha evolucionado dentro de la filmografía de Ford, comparándolo por ejemplo con el personaje Ringo Kid de la película Stagecoach (1939), ya no se enfrenta a indígenas despersonalizados y sin nombre que atacan la diligencia sino a un personaje que se encuentra individualizado en la historia (Scar) y que puede llegar a ser (y esto es lo que teme Edwards) un reflejo contrario de su propia personalidad[2]. El autor Quim Casas dice:
“Los héroes y villanos, más que las historias en sí mismas, se hicieron complejos a la fuerza y su comportamiento acostumbraba a ser símbolo de una transformación profunda, de un nuevo orden. Quien llegó más lejos fue Ford, que nunca perdió el tren en esos años convulsos, con ‘Centauros del desierto’ (The Searchers, 1956)”[3].
Por otra parte para el director Clint Eastwood, quien protagoniza la trilogía de filmes realizados por Sergio Leone en los años sesenta[4], al dirigir y protagonizar Unforgiven agrega una mirada muy diferente al héroe que interpretaba en las películas de Leone (un fuera de la ley y cazarecompensas). El personaje de William Munny en Unforgiven es un forajido ‘aparentemente’ retirado, y también cazarecompensas en esta historia, pero a la primera mirada que Eastwood quiere imprimir en él (y paralelamente sobre sí mismo como un actor que ha evolucionado con el paso de los años en el género del western): una mirada sobre la vejez y el fracaso del héroe que se torna compasiva desde el punto de vista del espectador (su pobreza material es signo de que sus andanzas criminales no le trajeron ningún beneficio, “No pareces tan próspero”, le dice el personaje The Schofield Kid cuando se conocen), también existe una segunda mirada sobre la maldad interior que permanece en el carácter del personaje (‘asesino a sangre fría’ es el término que se utiliza en la película), algo que no cambia con el paso del tiempo, y que resurge al final del filme. Por último, con respecto a este aspecto, para los hermanos Ethan y Joel Coen, realizar la película True grit dentro del género del western significa al mismo tiempo reelaborar el tema del crimen y la persecución que ya han desarrollado en su filmografía anterior (por ejemplo en películas como Fargo [1996] o No country for old men [2007]) sólo que esta vez bajo la estética o el escenario de la película del oeste. Ellos incorporan en el filme elementos que pertenecen a su universo personal o que, por lo general, no se observan en un western. Como por ejemplo, la escena en la que muestran explícitamente el corte de los dedos del personaje de Moon (The Kid) o su sentido del humor negro como cuando le colocan rápidamente la capucha a un indio sin dejar que termine su último discurso antes de ser ahorcado. El héroe, en el filme de los hermanos Coen, tiende a desaparecer o a fusionarse en tres personajes que tienen esas características: la protagonista Mattie Roos (rol que ya de por si mismo rompe con el estereotipo de la mujer en el género), el comisario Rooster Cogburn y el ranger LaBoeuf. Sin embargo, observamos los acontecimientos de la historia a través de la mirada de Mattie (no vemos, por ejemplo, el acuerdo al que llegan Cogburn y LaBouef para perseguir al asesino porque nos quedamos con Mattie quien se queda dormida, y tampoco vemos cómo llega Cogburn a rescatar a Mattie del agujero en que ha caído, porque nos quedamos con ella mientras la muerde una víbora)[5]. Las intenciones y la progresión de los personajes en este filme permanecen claras y se mantienen a través de la historia, incluso a pesar de que Cogburn sea un comisario alcohólico y que actúe de manera violenta permanece en él su instinto de protección sobre Mattie hasta el final de la película.
Las tumbas y los muertos
Las tumbas, el cementerio en que ellas se encuentran, los ataúdes y la muerte de los seres queridos de los personajes principales se visualizan en las tres películas en distintos momentos de la historia y con diferentes significaciones. En The Searchers Martha envía a Debbie a esconderse en la tumba de su abuela momentos antes del ataque de los comanches, mientras que, después de este ataque, Ethan Edwards sepultará a su hermano, su cuñada y su sobrino en el mismo cementerio[6]; por otra parte Unforgiven comienza cuando William Munny entierra a su esposa fallecida, luego, una vez avanzado el film, la visita antes de dejar a sus hijos para ir tras la recompensa, y finaliza con él mismo desvaneciéndose en la pantalla junto a ésta tumba; y, por último, en True grit, Mattie Roos al comienzo de la película debe encargarse de trasladar el cadáver de su padre asesinado a su tierra en Yell County, lo mismo que hará al final de la película con el cuerpo de Rooster Cogburn[7].
La imagen de Mattie junto a la tumba de Cogburn en la última escena de la película True grit nos muestra un encuadre similar al de William Munny junto a la tumba de su esposa en Unforgiven. En un plano general, el personaje de pie bajo un árbol, observa la tumba, además el horizonte divide el cuadro en dos. En The Searchers el entierro también se aprecia en un plano general con varios personajes rodeando las tumbas, sobre una colina que también divide el cuadro.
Para Mattie enterrar a su padre se convierte en un trámite que debe realizar para comenzar la búsqueda y concretar su venganza, al igual que para Ethan Edwards, quien apresura al reverendo Clayton durante el entierro de su familia para iniciar la persecución de los indios que raptaron a Debbie. Mattie Roos está más preocupada de los costos que cobra el sepulturero, parece seguir la máxima “el fin justifica los medios” cuando le pide a éste dormir entre los ataúdes como parte del pago de los servicios realizados, mientras que el sepulturero piensa sólo en enaltecer su negocio: “Si usted quisiera dormir en un ataúd, estaría honrado”, le dice. Sin embargo, sí está preocupada de enterrar al personaje Moon (The Kid), el forajido joven que interroga Cogburn en la cabaña, como parte de la promesa hecha antes que muriera; Cogburn es más práctico cuando dice: “La tierra es dura. Si estos hombres deseaban un entierro digno debieron haberse hecho matar en el verano”. Por otra parte, William Munny en Unforgiven, se preocupa por amenazar a los habitantes de Big Whiskey si no entierran a su amigo Ned: “¡Que le den a Ned un buen entierro!”, los increpa. Así como también, en una escena anterior, deja que los compañeros del personaje Davey le den agua, cuando ya sabe que morirá después que él mismo le ha disparado. Es un asesino que se preocupa de sus asesinatos. Clint Eastwood dice:
“En el pasado, había una gran cantidad de personas muertas gratuitamente en mis películas, y lo que me gustó sobre esta historia fue que las personas asesinadas y los actos de violencia perpetrados traen ciertas consecuencias. Ese es un problema sobre el que pensaba se debía hablar hoy en día, tomar las proporciones que esto no tuvo en el pasado, aunque siempre ha estado presente a través de las épocas”[8].
Diferente actitud frente a los muertos, especialmente con los comanches, demuestra Ethan Edwards cuando le corta la cabellera al Jefe Scar, y cuando dispara a los ojos al cadáver del indio que encuentran sepultado bajo una roca, justificando sus actos en las creencias indígenas: “El comanche cree que sin sus ojos no puede entrar en la Tierra de los Espíritus. Tiene que vagar para siempre entre los vientos”. Esta creencia, sin embargo, es aplicable al propio personaje de John Wayne quien está destinado a vagar sin hogar al final del filme.
Los personajes muertos tienen también una presencia sobre los protagonistas que los hace rememorar su pasado, a la vez que modela su comportamiento y guía su carácter. William Munny con la ayuda de su esposa trató de cambiar su vida de forajido, pero no lo consiguió. No puede contener su carácter asesino y al final de la película desaparece con sus hijos y abandona la tumba de su mujer. Ethan Edwards busca rescatar a su sobrina de los comanches, pero también vengar la muerte de su familia. Sin embargo su objetivo no le ayudará a restaurar un hogar para sí mismo, sino que le dejará vagando fuera de la puerta de la cabaña que se cierra al final del film[9]. Mattie Roos también se ha quedado sola y solterona, como ella misma lo dice en voz en off, su padre y su guía (Cogburn) están muertos: “El tiempo simplemente se escapa de nosotros”, dice mientras se aleja hacia el horizonte al igual que lo hace John Wayne al finalizar The Searchers.
El paisaje y el tiempo
En las tres películas los personajes se desplazan por diferentes paisajes y escenarios para conseguir sus objetivos, y este desplazamiento está relacionado también al transcurso del tiempo de la historia. La época histórica se señala explícitamente con la ubicación temporal: “Texas 1868” (en The Searchers)[10] y “Big Whiskey Wyoming, 1880” (en Unforgiven)[11], mientras que en True grit podemos intuir el año de los acontecimientos (1878) a través de la fecha de un volante (1903) que lleva Mattie al final del film cuando ya han transcurrido 25 años. Si consideramos el paisaje y el tiempo como componentes del argumento de los tres filmes se pueden asociar a un esquema similar a la obra La Odisea de Homero: los personajes tienen una misión que se transforma en aventura y deben cumplirla o vivirla transformándose en perseguidores por lo cual deben viajar, este viaje se encuentra asociado al retorno al hogar, tal como le sucede a Ulises retornando a Itaca (Ethan Edwards en The Searchers busca durante cinco años a su sobrina para regresarla al hogar; William Munny en Unforgiven va tras una recompensa para sustentar su hogar; Mattie Roos en True grit busca la venganza de la muerte de su padre para luego regresar a su tierra). Durante este viaje les sucederán varias aventuras, forzadas o no por ellos mismos, en las cuales intervendrán una serie de personajes secundarios, transformando el argumento en un conjunto de episodios que intervienen en el camino que siguen los personajes tal como le ocurre a Ulises en La Odisea. Al final del camino y del film los personajes cambian: Ethan Edwards, William Munny y Mattie Roos ya no serán los mismos que vimos al inicio de la historia.
Debido a que la persecución se transforma en “leit motiv” de los tres argumentos, los personajes deben atravesar paisajes que varían según las condiciones climáticas lo cual también nos transmite el transcurso del tiempo. Por ejemplo en The Searchers, para señalar el paso del tiempo durante la búsqueda de Debbie, Ford realiza una elipsis entre un plano general de Ethan y Martin cabalgando por una planicie desértica mientras atardece para mostrarnos en el plano siguiente, mediante un fundido, a los mismos personajes en un paisaje invernal. Algo similar ocurre en Unforgiven, en donde William Munny luego de ser golpeado por Little Bill Daggett (el comisario cuyo rol en esta película no es precisamente representar el bien sino que ser el antagonista), permanece inconsciente por tres días, tiempo durante el cual ha nevado en los alrededores. Además, en esta película existen escenas en donde llueve mientras los personajes cabalgan, especialmente durante el enfrentamiento final donde la lluvia, los truenos y la noche aportan efecto dramático al develarnos la personalidad oscura de Eastwood cuando dice:
“Así es. Maté a mujeres y niños. He matado casi todo lo que camina o se arrastra”…
…mientras la cámara realiza un lento zoom hacia el personaje que apunta con su rifle a Little Big Daggett y, por extensión, a nosotros como espectadores. En el caso de True grit existe una especie de ventisca de nieve intermitente. Por ejemplo cuando Mattie y Cogburn se encuentran con Forster (un médico vestido con una piel de oso) o, cuando los tres personajes principales (Mattie, Cogburn y LaBoeuf) abandonan la cabaña luego de pasar la noche en ella. Incluso esta ventisca se encuentra presente desde el inicio de la película mientras Mattie relata la muerte de su padre y vemos el cadáver en el suelo. El director de fotografía del filme, Roger Deakins, dice al respecto:
“Queríamos hacer la película tan invernal y tan desolada como nos fuera posible”[12].
El paisaje y su contraste civilización/naturaleza puede apreciarse en la medida que los personajes habitan casas solitarias en una llanura, acampan al aire libre con fogatas, entran y salen de pequeños poblados y, sobretodo, porque no transitan por rutas prefijadas como carreteras o caminos, sino que cabalgan entre montañas, cruzan planicies y atraviesan ríos. Mattie contrata a Cogburn para que la guíe a través de territorio Choctaw[13]; Ethan y Martin se adentran en territorio indio en la búsqueda de Debbie[14] (será el personaje de Martin, como indica Alejandro Montiel[15], quien cumplirá el rol de civilizado en la película desde la escena en que defiende de la muerte a su hermana a manos del mismo Ethan); William Munny viaja a Wyoming para vengar a las prostitutas y cobrar la recompensa. Los personajes además pueden querer representar la civilización (incluidos el concepto de familia y orden): sobretodo por una ley construida como principio que rige a la sociedad y como la excusa que necesitan para emprender su aventura. Sin embargo su propia naturaleza interior y la influencia exterior del territorio configuran un modo de actuar que se encuentra fuera de los marcos legales y se aproxima más a lo salvaje (incluidos los conceptos de individualidad, deseo y caos). Por ejemplo, Ethan Edwards comienza formando parte de un grupo de alguaciles guiado por el reverendo Samuel Johnson Clayton, pero termina apartándose de ellos y culmina su venganza cortando la cabellera del jefe indio Scar; William Munny es un forajido retirado que ha vivido fuera de la ley y que pretende, contradictoriamente, hacer justicia persiguiendo a los hombres que atacaron a las prostitutas a la vez que cobra la recompensa. Pero también su naturaleza interior y su pasado terminan por revivir en el ataque final que realiza contra Little Bill Daggett en la cantina; Rooster Cogburn es un comisario y por consecuencia representante de la ley, pero actúa para hacer cumplir la ley utilizando procedimientos que no son aprobados por la civilización establecida (durante el juicio en que testifica se dejan en evidencia estos procedimientos); mientras que, por otra parte, Mattie Roos, quien busca que la ley cumpla su cometido y sancione al asesino de su padre, termina por asociarse a Cogburn al comprender que lo burocrático le otorga menos importancia a su caso, y que para cumplir su cometido deberá ingresar en un territorio que se encuentra fuera de lo civilizado[16].
Carlos Rodríguez Schiappacase es alumno del Diplomado Teoría del Cine: Estudios Avanzados, en el Instituto de Estética de la Facultad de Filosofía, de la Pontificia Universidad Católica de Chile. Este artículo corresponde a un trabajo original del autor para este Diplomado, específicamente para el curso «Hibridación y Mutación de los Géneros», dictado por el profesor Felipe Blanco. Fue adaptado por el editor al formato del sitio, desde su fuente -un archivo de texto- y reproducido aquí en su totalidad con la adición de imágenes junto al texto. Nuestros agradecimientos por su colaboración al sitio.
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[1] Como lo indica Quim Casas en su libro “El Western” (p.26) durante estos años se filmaron películas como Lanza rota (Broken lance, 1954, de Edward Dmytryk) y Duelo de razas (Comanche, 1956, de George Sherman) que se enmarcan dentro de esta tendencia.
[2] “Ethan no puede ‘entrar’ en el espacio del orden, sólo ayudará a su construcción. He ahí la gran contradicción que está detrás de lo intangible: es un lobo solitario destinado a cabalgar sin rumbo, su lugar es el desierto, la violencia; su odio visceral hacia los indios, su sed de venganza, no puede ocultar que es como ellos, que su lugar es el de la naturaleza” (Francisco Gómez Tarín, p.12).
[3] Casas, Quim. El Western: el género americano. Barcelona: Paidós, 1994. p.27.
[4] Llamados la ‘Trilogía del Hombre sin Nombre’: Por un puñado de dólares (Per un pugno di dollari, 1964); La muerte tenía un precio (Per qualche dollari in piu, 1965); y El bueno, el malo y el feo (Il buono, il brotto e il cattivo, 1966). Clint Eastwood además dedica su película “Unforgiven” al director Sergio Leone y a Don Siegel, sus mentores.
[5] Joel Coen se refiere de la siguiente forma al personaje de Mattie Roos en el libro de Charles Portis de 1968, sobre el cual está basada la película True grit (2010): “Lo realmente atractivo es esa voz narrativa tan potente. No sólo es inusual el punto de vista, sino que se trata de un personaje único. Sólo tiene 14 años y sin embargo, en el viaje que emprende, parece una persona adulta totalmente formada. Ésa es la parte más irresistible del libro, la que nos llevó a querer hacer una película” (En: Revista Cinemanía, febrero 2011, p.94).
[6] Scott Eyman dice: “John Ford honra a los muertos tanto como a los vivos, conectando el pasado con el presente en una eterna cinta de recuerdos” (p.332).
[7] “Mattie atraviesa todo el relato mirando de frente a la muerte: el ataúd de su padre, las ejecuciones en la calle, la noche (elidida) que pasa en la morgue junto a los cadáveres…los muertos apilados en la puerta de la cabaña…el disparo que acaba con la vida de su caballo…No por azar, la película comienza con una imagen de Mattie contemplando un ataúd y se cierra, veinticinco años después, con un plano que la muestra delante de una tumba” (Heredero, Carlos F. Valor de Ley: los espectros del western. Cahiers du Cinema España N°42, febrero 2011, p.11)
[8] Texto citado de una entrevista de Clint Eastwood en Cahiers du Cinema en 1992. En: http://www.tcm.com/this-month/article/80140%7C0/Unforgiven.html
[9] “El lugar no es el mismo (la casa inicial ha sido destruida), los personajes no son los mismos (salvo Debbie, murieron a lo largo del film), pero el regreso al orden institucional regenera un nuevo grupo familiar, similar al primitivo, en el que los muertos son sustituidos por los vivos en la confluencia de dos familias, dejando al margen a Ethan, ya que necesariamente debe quedar excluido para que el triunfo de la ley familiar se consolide. Así pues, el único regreso al orden inicial es el que mantiene a Ethan alejado de la civilización, en el desierto, lugar al que pertenece, convirtiendo el film en un paréntesis en el que la tragedia que se ha consumado parece haber sido convocada por su presencia en un entorno que no le correspondía” (Francisco Gómez Tarín, p.7).
[10] “La Guerra de Secesión tuvo lugar entre 1861 y 1865, por lo tanto nos encontramos en un momento histórico –tres años después de su final- en que muchos ‘jinetes’ que no habían entregado sus armas de la Confederación cabalgaban a las órdenes de Maximiliano, vivían aislados en las montañas, ejerciendo temporalmente de bandoleros, o se aliaban con la utopía liberadora mejicana, pero no cedían ante la Unión (como dice Ethan Edwards en el film: ‘un hombre sólo puede prestar juramento una vez, y yo lo hice a la Confederación’)” (Francisco Gómez Tarín, p.6).
[11] “El tiempo es 1880. El escenario principal es Big Whiskey una aldea abandonada en el vasto ‘American no-man’s land’ de las altas planicies al borde de las montañas, en algún lugar entre St. Louis y San Francisco pero que no se encuentra en cualquier mapa” (Vincent Canby, Unforgiven: a western without good guys, p.1).
[12] Heredero, Carlos F. Valor de Ley: los espectros del western. Cahiers du Cinema España N°42, febrero 2011 p.11.
[13] “Cogburn sabe moverse por las tinieblas de un entorno agresivo: es el guía perfecto para conocer lo siniestro, pero es también el sustituto del padre ausente” (Quintana, Ángel. En el reino de las sombras (Valor de Ley / Ethan & Joel Coen). Cahiers du Cinema España N°42, febrero 2011 p.14).
[14] “Todo el film está diseñado como una lucha por la vida que se desarrolla entre el marco gigantesco de los espacios abiertos y los lugares donde encontrar protección (hogares, grutas), en la intersección de ambos tienen lugar los acontecimientos más relevantes” (Francisco Gómez Tarín, p.6).
[15] Montiel, Alejandro. La intemperancia de Ethan Edwards, en Company, Juan Miguel (editor), El cine y las pasiones del alma, Madrid, Revista Arbor. Febrero, 2003, p.272 [citado en: Francisco Gómez Tarín, p.12]
[16] “El acto de renacimiento se produce entre la infancia y la adolescencia, después de haber abandonado la civilización, de haber conocido el universo salvaje de la frontera y de vencer el miedo a lo siniestro…El individuo americano no es quien acata los valores del orden impuesto desde Nueva Inglaterra o la moral protestante de la Gilded Age definida por Mark Twain y Charles D. Warner, sino quien se mueve entre la frontera y la civilización”. (Quintana, Ángel. En el reino de las sombras (Valor de Ley / Ethan & Joel Coen). Cahiers du Cinema España N°42, febrero 2011 p.13).
Bibliografía
CANBY, Vincent. Unforgiven: a western without good guys. En: The New York Times, 7 de agosto de 1992.
CASAS, Quim. El Western: el género americano. Barcelona: Paidós, 1994. 254 p.
EYMAN, Scott. Print the legend. La vida y época de John Ford. Madrid: T&B, 2001. 614 p.
GÓMEZ Tarín, Francisco Javier. The Searchers como paradigma del cine de John Ford. Para una lectura de la ausencia. Ponencia, Universitat Jaume I de Castellón, 2005. 16 p.
HEREDERO, Carlos F. Valor de Ley: los espectros del western. En: Cahiers du Cinema España N°42, febrero 2011.
QUINTANA, Ángel. En el reino de las sombras (Valor de Ley / Ethan & Joel Coen). Cahiers du Cinema España N°42, febrero 2011.
SMITH, Neil. Los hermanos Coen adaptan el western clásico Valor de Ley. En: Revista Cinemanía N°185, febrero 2011, p.94
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