La directora y el protagonista
[ por: Andrés Daly ]
Mientras deliraba un poco en fiebre, decidí -a pesar de estar viviendo mi apocalipsis personal, rodeado de tapsines y papeles confort- ir al último encuentro internacional de SANFIC, el martes de la semana pasada, en el Hotel Hyatt. Giada Colagrande, actriz y directora italiana de video arte/documental, venía a presentar «A Woman» (2010) en el festival santiaguino, junto a su actor protagónico y esposo, el actor Willem Dafoe. Este último creo que no necesita mayor presentación, a menos que usted esté leyendo esto desde Marte -saludos!- o viva rodeado de osos grises en una lejana montaña, como en un documental de Herzog. Pero bueno, si usted está un poco perdido y le encuentra cara conocida, le cuento que es el actor de «Vivir y morir en L.A.», «La vida acuática», «Pelotón», «La última tentación de Cristo», «Corazón Salvaje», «eXistenZ», «La sombra del Vampiro» y claro, «Spiderman». Además, ha prestado su voz a películas como «Fantastic Mr.Fox» y «Buscando a Nemo», de PIXAR.
Luego de algunos lamentables desperfectos técnicos variados en la sala -el director técnico del evento estaba aparentemente detrás mío, en una mesa de control, con el resto del equipo humano y parece que estaba a punto de sufrir un ataque cardíaco por sus audibles vociferaciones- siguió una larga conversación que colocó su acento principalmente en Colagrande y su trabajo. Desde su aproximación desde el video arte hacia el cine de ficción, en una carrera que aún es muy breve -tres películas, como ella misma recordaba con humor- hasta su trabajo con Dafoe en «A Woman», una película de muy bajo presupuesto -como ocurre generalmente en el cine independiente de este estilo- trató la entrevista, dividiendo los bloques de preguntas con varios fragmentos de la película mencionada.
No sé si sería mi fiebre y sus alucinaciones correspondientes a ese estado, pero me pareció especialmente extraño, por no decir insólito y muy escueto, que a Willem Dafoe, un hombre por lo demás de muy buen humor, los dos moderadores presentes no le hicieran preguntas muy específicas, optando casi siempre por preguntas excesivamente generales. En algunos casos reiterativas también, como por ejemplo, aquellas sobre su relación con la industria más mainstream de Hollywood y aquella independiente; una alternancia que este actor domina especialmente. Dafoe, por su parte bastante sintético en sus respuestas, con este tipo de preguntas no podía elaborar mucho más allá, coincidiendo en sus respuestas con lo que uno podría esperar de un sinnúmero de actores en la misma situación. Aquí había que hincarle el diente. Dafoe es un actor que ha trabajado con directores de la talla de David Lynch, Martin Scorsese, Wes Anderson, David Cronenberg, Oliver Stone y Lars von Trier, y no ahondar especialmente en ninguno de ellos, me pareció, personalmente, muy poco afortunado. Raro, pues los montajes en video que se mostraron de su carrera, muy bien hechos, sí mostraban en detalle escenas de varias de estas películas. Extraño también, siendo que los mismos dos moderadores habían mostrado un trabajo muy detallado y de excelencia en el encuentro con el actor Ricardo Darín, el sábado anterior a este evento; una conversación memorable. Lamentablemente además, una de las moderadoras estaba afónica, así que eso ya la restringía bastante en cualquier tipo de intercambio vocal.
Afortunadamente, un público muy entusiasta -menos el que escribe, que quería volver a meterse bajo las sábanas y continuar convaleciendo en su gripe- salió al rescate con notables preguntas al final, una detrás de otra, que se enfocaron específicamente en estos puntos que mencioné en el párrafo anterior, y ahondando también en la calidad de sus cuestionamientos, haciendo que Dafoe se expresara -en lo posible- más largamente en sus motivaciones como actor, su forma de actuación y su trabajo, en un medio guiado por directores y personas con las que le interesa trabajar, independiente de donde esto sea.
Acá van algunas de las fotografías de este encuentro en SANFIC, festival que finalizó con gran éxito de público, en una gran muestra de filmes que vio premiada finalmente como Mejor Película a “La canción en mí”, dirigida por Florien Cossen (Alemania-Argentina), en su competencia internacional, y «Ulises» de Oscar Godoy, como Mejor Película en la Competencia Nacional. Algunas de las tantas películas del festival nombrado ya como el más importante del país, con las que espero ponerme al día, como «A Letter to Elia» (2010) de Martin Scorsese, una vez mi organismo decida vencer finalmente la batalla contra las bacterias.
Hasta el próximo año, SANFIC.
*Fotografías de Andrés Daly