Esta fiesta no se acaba
[ por: Andrés Daly ]
No es fácil hacer un buen casting. Miles de películas pueden atestiguarlo…. no tengo que recordarte ninguna en particular, ¿o sí?. Ahí estan, ya las recuerdas. Yacen moribundas las parejas protagónicas envueltas en un romance sin química que arruinan totalmente la indispensable suspensión de la incredulidad cada vez que se miran a los ojos (con o sin toros digitales de por medio, ejem); los buddy cop que se suponen grandes y eternos amigos pero que proyectan tanta buena onda como enorme es simplemente la necesidad de su salario que los hace compartir pantalla. En la comedia y en la comedia romántica, ese gris cementerio contiene en sus lápidas varias combinaciones de nombres y apellidos olvidables.
Los actores Russell Brand y Jonah Hill no entran, felizmente, a este panteón del horror de la comedia, sino que todo lo contrario, salen invictos e inaguran un salón de honor, que yo al menos veia como algo totalmente imprevisible. Actores-personaje (sobre todo Brand, el inglés más magnéticamente insoportable y detestable de este planeta azul) que yo jamás habría combinado juntos, funcionan/se odian/y se aman, bien, mejor juntos que separados.
Mientras Aldous Snow (Russell Brand), un brit-pop-rockstar drogadicto, mujeriego y alcohólico ve como su carrera se va potencialmente en picada luego de un single horroroso sobre las penurias del continente africano –»African Child», que videoclip más insólito, de una acidez bestial. muy bien- y juerguea mientras su incapacidad de conquistar a la audiencia con algo más que sus viejos hits se hace cada vez más evidente; por otro lado, Aaron Greene (Jonah Hill), el joven y entusiasta ejecutivo de una disquera top, ve como finalmente su espera está siendo recompensada. El jefe de Greene, Sergio Roma (Sean “P.Diddy” Combs, notable en sus “mind fuckings” a sus empleados) le confía el que puede ser el trabajo que lo catapulte “a las ligas mayores”, como les gusta decir a los guionistas gringos que han visto mucho baseball.
Matty
Man, that opening party was incredible. Check out the pictures on Myspace. There’s one of me eating cheese off some girl’s titties.
Aaron Green
Please just lie to me and say I didn’t miss another awesome party.
Matty
You missed an awesome party. I woke up with glitter on my dick.
Aquí es cuando los caminos de ambos se juntan, y Greene tiene que hacer de chaperón del hiperkinético Snow, a pedido-orden fatal de su jefe, y lograr, como sea, que el rockero:
- No muera de sobredosis, pierda el hígado, sufra un infarto o tenga cualquier tipo de emergencia médica fatal o crear algún escándalo en un medio.
- No olvide hacer acto de presencia a un importante recital masivo de sus grandes éxitos.
- No lo mate a él de sobredosis, le haga perder el hígado, sufrir un infarto…
Todos los días son una fiesta para Snow y al pobre agente Greene más le vale seguirle la corriente a la estrellita, teniendo cuidado de equilibrarse en la delgada línea de “ser su agente-amigo-simpático” y “recordarle firmemente sus obligaciones contractuales-represento a tu jefe”. Cualquier inconveniente con la estrella, un pequeño capricho no concedido…y la balanza se va al carajo, el concierto podría nunca ocurrir y Greene puede despedirse del mundo de la música.
Noventa minutos mirando a un gordito pisando huevos.
Muy entretenida.
Sergio Roma
You’ve been mind-fucked before?
Aaron Green
I don’t think so.
Sergio Roma
I’m mind-fucking you right now.
Aaron Green
You are?
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