La transformación del Ex Cine Pedro de Valdivia

Fachadas y nuevos programas

[ por: Andrés Daly ]

A pocos días de su inauguración se encuentra el Restaurante La Hacienda Gaucha, ubicado exactamente en el lugar donde se encontraba el tradicional Cine Pedro de Valdivia, antigua sala de cine (de una sola pantalla) de la ciudad de Santiago, que cerró sus puertas -y apagó su pantalla para siempre- en enero de 2008.

Inicialmente con un destino incierto y algo preocupante, bastaba recordar el destino que tuvo el terreno del Ex Cine Las Lilas, ubicado también en la comuna de Providencia y frente a una plaza de su mismo nombre. En este caso, el Ex Cine Las Lilas fue borrado por completo, con un proyecto de un edificio de viviendas con una altura totalmente incongruente para su barrio. Este respondió a la plaza frente a ella con una propia, dura y artificiosa, dictada realmente por la norma de la liberación de suelo en la construcción en altura. ¿Pero habrá algo menos natural que sentarse ahí, ante la vista de los guardias del edificio?. Con la intención expresada –como forma de calmar los vanos reclamos y llantos de los vecinos- de que el nuevo edificio integraría en su primera planta un programa abierto que aportaría a la vida urbana, integraría algún tipo de actividad cultural, comercial o de entretención, hasta la última vez que pasé por ahí, de esto realmente nada, y es muy poco probable que así ocurra en el futuro.

1965. Fachada original del Teatro Pedro de Valdivia
1978. Segunda versión de la fachada, como permaneció hasta su remodelación actual

Con dimensiones de terreno mucho menores, 720 metros cuadrados, pero una ubicación igual o más privilegiada frente a otra plaza de la comuna, el Ex Cine Pedro de Valdivia corría el riesgo de perder, también por completo, su carácter público adquirido por décadas: un hito del barrio. A punto de convertirse en un edificio privado, un apart hotel, el dueño de la moribunda construcción –que la adquirió en una subasta- confirmaba este destino en una entrevista hace unos años. Sobre esto, ver un post anterior en 35milimetros, del 9 de julio de 2010.

Sin embargo, varios años después, lo que se sostiene hoy frente a la plaza es un caso poco usual en la historia de las desapariciones, sin rastro alguno, de los numerosos teatros y cines demolidos en Santiago. Recordemos también el caso del Cine Las Condes, convertido en otro edificio anónimo de viviendas en altura en Santiago.

Como pocas veces, un Cine deja esta vez una huella de su volumetría principal, que da hacia la plaza, aunque fuertemente disfrazada para el carácter de su nuevo uso: un restaurante-parrillada, administrada por un dueño de origen español. Fachada original rescatada de la demolición, reestructurada para un nuevo uso, nuevamente maquillada –y la fachada anterior de ladrillo no era tampoco la original del edificio- e intervenida para albergar, en vez de cinéfilos y espectadores, comensales dispuestos a sentarse a una mesa con un plato de carne. Sentados incluso sobre lo que fuera la marquesina donde se anunciaban anteriormente las películas o  bien en el espacio donde se ubicaba el proyeccionista.

2009
2011

Independiente de los juicios estéticos que se pueden hacer contra su interior y su nueva fachada, que contienen un abundante exceso de elementos materiales y formales para mi gusto; fachada que sin duda no puede competir, lógicamente, contra la primera y más lograda del edificio, la simple y elegante de los años 60’s y desaparecida bajo el rojo ladrillo de su segunda fachada en los 70’s, el Ex Cine Pedro de Valdivia, sin duda tiene hoy una segunda vida, una segunda oportunidad.

Salvado de las fauces de la vivienda inocua y atiborrada sobre lo que eran espacios privilegiados de la ciudad y la vida urbana, aniquilando la interacción de barrio para privilegiar a la burbuja personal (y el dinero de unos pocos) el lugar seguirá, hoy al menos, comunicándose con la plaza, con su barrio y con quienes deseen comer y beber en un lugar. Quizás ud., como yo, estará conversando y masticando -pero no lo haga al mismo tiempo, ¿qué no le enseñó nada su madre?- y pensando en la última película que vió en ese mismo espacio, cuando lo llenaban entonces viejas y queridas butacas.

35milímetros pudo conversar con Jaime Venegas, el Arquitecto del remodelado edificio, que en dos oportunidades nos recibió amablemente durante la construcción del restaurante, durante el año 2010 y 2011. A continuación, algunas fotografías del proceso de demolición y obra gruesa, de autoría del entrevistado, como algunas más recientes tomadas recientemente por quien escribe, del exterior e interior del edificio actual.

Cito también algunos de los comentarios, al respecto de la gestión y diseño del edificio, del mismo arquitecto. Nuestros agradecimientos al entrevistado también por facilitar dos fotografías históricas en blanco y negro, muy valiosas de la fachada tanto original como posterior del edificio, y que reproduje más arriba en este mismo texto.

El Restaurante tiene un un nivel subterráneo (25 automóviles) y capacidad para 400 personas. Una nota de La Tercera en este link.

En Construcción * Fotografías de Jaime Venegas.

¿Se demolerá?. Expresión urbana.
Acceso. Lobby.

«Es importante (la mantención del volumen y fachada) por la nostalgia de las personas que veían que se iba a demoler el cine, en el sentido de sus propios comentarios…“pucha que lástima que van a demoler el cine, lo que va a perder el barrio”. Estos me empezaron a llegar. También a través del municipio, del Director de obras. Me pedían tratar de mantenerlo, lo que sería un gran aporte para el barrio. Desde ahí empiezan a surgir las ideas. Mantener la fachada, mantener la marquesina…»

«La estructura de madera del techo era a perno pasado (cerchas originales). Hubo que alzaprimar todo el techo antes de poder sacar las cerchas originales».

 

Restaurante La Hacienda * Fotografías de Andrés Daly

Terraza sobre marquesina. Vista a la plaza.

Interior. Vista desde la parrilla (ex pantalla de cine) hacia el acceso del edificio.

«El diseño comienza desde afuera hacia dentro. Lograr producir nostalgia en la persona que entra al restaurante. Saber donde estuvo sentado. Este era el concepto principal…»

La parrilla. Nuevo centro del edificio.
Segundo nivel. Vista desde el antiguo espacio donde se ubicaba el proyeccionista, hacia la pantalla, lugar ocupado hoy por la parrilla (en colores).

«En el segundo nivel es importante mantener una comunicación visual del edificio entero, ver el lugar donde estuvo la pantalla de cine. El escenario ahora es la parrilla.»

Espacio donde se ubicaba la sala de proyección de las películas.

 

 

 

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