Ambigüedad tolerable
[ por: Constanza Khamis ]
Escuché por ahí que ésta es la peor película de los hermanos Coen. Muchos se preguntaban qué hacen estos tipos filmando una película normal, por qué una “comedia romántica”, qué asco, y otras expresiones de ese tipo. Pero la verdad es que no estoy muy de acuerdo. Puede que no sea su mejor película, ni esté cerca de serlo. Pero el estilo es el mismo de la mayoría de sus comedias, y su esencia no se pierde por completo. Hay bastante ironía, un poco de crítica social encubierta, y las ganas de reírse del mundo. En este caso el chiste es el matrimonio.
Como en toda comedia romántica hay un galán: Miles (George Clooney). Él es un abogado que se dedica a armar y desarmar la institución base de nuestra sociedad por dinero. Su contraparte es Marylin (Catherine Zeta-Jones), una mujer que se dedica básicamente a lo mismo, pero en carne propia. Se casa y se descasa a su antojo. O al de su bolsillo en realidad, buscando millonarios para llenarlo. En resumidas cuentas, son dos horas de personajes jugando y manipulando eso que a la mayoría de las mujeres nos gusta ver al final de la historia de amor. Acá la gran boda está al principio. Y al medio, y al final también.
Lo particular de toda este cuento es que está en un peligroso limbo entre comedia romántica y comedia negra. Si bien los Coen tienden a combinar géneros, quizás en este caso la mezcla no quedó perfecta. Está en un área gris, que a veces confunde. Si no sabemos quién está detrás de la cámara, a ratos puede parecer una comedia romántica llena de clichés.
Pero creo que en su contexto se entiende. Y el juego de inteligencia que se genera entre los dos personajes mantiene atento para saber quién va a ganar. Son varias las situaciones que ellos van creando para manipular al otro, y son bastante geniales, especialmente la que incluye a Billy Bob Thornton como el futuro marido sureño de Marylin.
Eso sí, cuesta ponerse de parte de uno de los dos equipos. En general creo que uno termina del lado de George Clooney. Pero tengo la leve sensación que la mayoría de los hombres se ponen de parte de Catherine Zeta Jones, que hay que reconocerlo, estaba en su mejor momento.
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