El viejo, el ladrón, su mujer y su perro
[ por: Andrés Daly ]
Cuarenta, un número importante en la vida de Bogart: es la cantidad de películas que pasó como un secundario más, golpeado, asesinado y eliminado de la pantalla mientras que los actores con los que perdía los protagónicos, Edward G.Robingson, George Raft, Paul Muni se llevaban los laureles. Esto se los venía contando hace poco. Pero a sus también cuarenta años, Bogart manda el famoso telegrama –que inserté en la crítica de They Drive by Night, donde también es opacado otra vez por Raft- insistiendo a la Warner con el rol que sabía lo alejaría por fin del tipo rudo pero unidimensional.
Viendo el documental de esta película, que notable resulta saber que sea nuevamente Muni quien rechaza finalmente el papel de “El Último refugio”, mientras que Raft que iba por el ¡otra vez! es engañado finalmente por el mismo Bogart –que le dice que no tome el papel, “es un mafioso más, no quieres eso”- y es sólo cuando a los estudios se le acaban las alternativas que deciden ¡resignados! contratar a Bogart para la película e intentar venderlo como una estrella “A”. Su nombre estaría detrás en la cartelera, eso sí, de la actriz Ida Lupino. Hoy en día “High Sierra” es un clásico, Raft, Robinson y Muni pasaron a ser secundarios en películas de Bogart, que pasa a ser una de las mas grandes mega estrellas y sí, ya lo saben, la revancha es dulce. Muy dulce.
Como esperaba, me la gocé. Bogart es el clásico tipo rudo, un ladrón en este caso, pero ojo, un ladrón con un corazón débil por las chicas victimizadas. Pero, esperen, que ya vamos allá. Saliendo de prisión al inicio de la película –esta vez Bogie no se escapó solo, como aquí o huyó acompañado por allá – luego de un misterioso “perdón” otorgado para su liberación, Roy Earle (Humphrey Bogart) camina por el parque mirando los árboles, totalmente extasiado. Una felicidad que me imagino Roy Earle comparte con el actor detrás de su rostro, aquel que sabe lo que se viene más adelante en una buena historia.
Esta es, esencialmente, una bien conocida: con un último golpe, el mafioso podrá retirarse a un paraíso con la mujer que ama. Welcome to Paradise. Un golpe más, por el honor –para un viejo mafioso en su lecho de muerte, su último amigo- por el dinero que le comprará una larga libertad alejada de la violencia que lo hastía y por los viejos reflejos, que nunca mienten pero que te llevan siempre por los caminos recorridos.
Mientras Earle viaja a un bosque a alojarse en unas cabañas y supervisar el atraco a un hotel, opearación concertada pobremente por un grupo de jóvenes impulsivos y un tanto bestias a su cargo, en el camino se cruza con Velma (Joan Leslie), una guapísima chica lisiada que vive casi encerrada y victimizada por su controladora madre. Bogart se enamora de la joven inocente y decide que con el dinero, le operarán la pierna y el cuento terminará feliz, por una vez en su vida, juntos viajando fuera del país, recorriendo el mundo. Por supuesto, hay otra cara para Velma y no sólo es su insoportable carácter infantil sino que hay otra mujer, una que anda detrás del viejo Roy: Marie (Ida Lupino, la demente femme fatale de La Pasión Ciega).
Roy Earle
Of all the 14 karat saps… starting out on a caper with a woman and a dog.
Mientras el argumento resuelve en paralelo la preparación del atraco, los intentos de conquista de Earl con Velma –hay una escena muy tierna bajo las estrellas- y los de Marie con Roy, el gran Raoul Walsh, el director de High Sierra, prueba otra vez esa rara habilidad que tiene para mezclar géneros y prepararnos poco a poco para un clímax en las rugosas montañas que dan nombre a la película, donde Earle encontrará la redención –“Free! Free!” dice un personaje con la mirada perdida- o la muerte.
Big Mac
Times have sure changed.
Roy Earle
Yeah, ain’t they? You know, Mac, sometimes I feel like I don’t know what it’s all about anymore.
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