Una sorpresa tras otra
[ por: Andrés Daly ]
¡Qué manera de gozar con esta película ayer en la noche!. Dios, el guión es para no creerlo. La película comienza con un hombre escondido dentro de un gran tarro de aceite vacío, encima de la parte de atrás de un camión en movimiento. Apenas vemos sus manos asomándose del recipiente y en letras muy grandes, que habría que ser ciego para no ver, el tarro metálico dice SAN QUENTIN. Como ya vimos en los créditos segundos antes a un montón de guardias nerviosos en una prisión y sus sirenas de búsqueda, sabemos de inmediato que el hombre al que le vimos las manos y luego salta del camión rodando cuesta abajo por un cerro, es claramente un prisionero en fuga.
Ahora lo impresionante: durante los próximos cincuenta minutos, no vamos a verle NUNCA la cara al ex reo que dice haber sido acusado de un crimen que no cometio: el asesinato de su esposa. Sólo escucharemos su voz: sus pensamientos y las palabras que salgan de su boca. Su rostro sólo lo conoceremos a través de una foto en un periódico que, no se, pero para mí se parece bastante a la cara de un joven Vincent Price. Como si fuera poco, al menos dos tercios de todo ese tiempo que no vemos a nuestro protagonista, pues estará envuelto en sombras en algunos planos o bien totalmente fuera de ellos, podremos observar lo que él esta mirando. Sí, durante casi todo este tiempo el osado director Delmer Daves nos da largos planos con el punto de vista (POV) del desesperado ex prisionero Vincent Parry. ¡Casi me caigo del sofá!. Increíble.
Luego de saltar del camión y robarle la ropa a un conductor, que Parry deja inconciente en el camino, una misteriosa mujer llamada Irene Janson (Lauren Bacall) aparece de la nada. Ella conoce todo sobre el caso de Parry y lo estaba buscando por ese mismo camino, al escuchar de su fuga por las noticias en la radio. Lo esconde en su auto y con astucia, lo ayuda a pasar los controles policíacos y volver a la ciudad. ¿Quién es Jansen y por qué se arriesga tanto por salvar a Parry? ¿Por qué le interesa tanto? ¿Cómo es que Lauren Bacall es tan irresistible y tan…?. Ah… sí, me enamoré de Betty Joan Perske.
Jansen lo lleva hasta su departamento en San Franciso y viste a Parry con ropa nueva que le compra. Juntos comen, beben, fuman e intercambian miradas – recuerden que no vemos a Parry todavía – en una cena donde ella confiesa algunos de sus motivos para salvarlo.
Con una importante suma de dinero que ella le regala, Parry continúa su escape para caerle afortunadamente en gracia a un taxista que lo lleva donde un oscuro doctor para, afírmense los pantalones y faldas estimados, ¡hacerle una cirugía plástica!. La unica posibilidad de que Parry, “el asesino más buscado de la ciudad” no sea capturado es obteniendo un nuevo rostro, una nueva identidad.
A las tres de la mañana en un lugar olvidado, un cirujano viejo y algo demente coloca el anestésico sobre Parry. En sólo noventa minutos hará su magia (que rápido). Oscuridad y luego el regreso de la luz. La cámara nos muestra por fin a Vincent… ¡pero su rostro esta completamente vendado!. Es tan retorcido todo esto, tan ridículo, tan fantástico. Mientras convalece, el hombre sin rostro –por el momento- vuelve donde la bella Irene y durante quince días, no podrá hablar. Ordenes del doctor. Así que ahora, esta vez vemos a nuestro protagonista, pero ya no lo podemos oir. Hemos cambiado un sentido por otro. Ingenioso.
Por fin, pasan los días de reposo y la bella Irene cuidadosamente retira las vendas del rostro de su invitado, que se ha transformado en otro. Se maravilla con la metamorfosis. En un espejo vemos a un hombre algo barbudo. Irene le pide afeitarse mientras ella lo espera junto a una chimenea.
¡La película ya ha pasado de la hora y diez! y bajando una escalera, vestido de terno y corbata, vemos por primera vez en esta película a Humphrey Bogart de terno e impecable, cool before cool became cool, caminando hacia Lauren Bacall. Éxtasis. Vincent Parry tiene un nuevo look.
El juego de la anticipación paga bien.
Irene Jansen
[seeing Vincent after he shaves] It’s unbelievable. but it’s good. I think I even like you better.
Vincent Parry
Well, don’t let it give you any ideas.
Irene Jansen
What kind?
Vincent Parry
Don’t change yours. I like it just as it is.
Parry y Jensen se enamoran, por supuesto, y la única escapatoria para los dos es un pequeño pueblo costero al norte de Perú (aquí también casi me dio otro infarto), llamado Paita, cerca de la ciudad de Piura. Pero para llegar allá, Parry tiene que descubrir quien asesinó a su esposa y a su mejor amigo (pobre Parry, le llueve sobre mojado), quién lo incriminó en ambos casos y por qué y como si no tuviera ya suficientes preocupaciones, tendrá que quitar del camino a un estafador que sabe de su nueva identidad y que quiere hundir a Irene. Ah, además debe escapar de toda la policía de San Francisco y en especial de una mujer de su pasado que testificó contra él. ¿Qué tal?.
No había terminado y ya quería verla de nuevo.
Cabby
You’re a guy with plenty of trouble.
Vincent Parry
I don’t have a trouble in the world.
Cabby
Don’t tell me buddy, I know. Your trouble is women.
Para las próximas semana, tendré el placer de descubrir dieciseis películas de Cine Negro –¡deliciosa adicción! – que he visto recomendadas y/o en listados del género y que por fin me he conseguido hace unos días. Felicidad en forma de pequeños discos brillantes. Estas son:
Scarlett Street (1945), The Asphalt Jungle (1950), The Set-Up (1949), The Postman always rings twice (1946), The Killers (1946), The Killing (1956), Le Salaire de la Peur (1953), Angels with Dirty Faces (1938), Caged (1950), White Heat (1949), Out of the Past (1947), Laura (1944), They Live by Night (1949), Pickup on South Street (1953), D.O.A (1950), Kiss me Deadly (1955).
Siendo este el post #150, sólo me quedan, ehm, otras 350 películas para terminar este proyecto. ¿Quién me acompaña?.
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