Me llaman el desaparecido
[ por: Andrés Daly ]
Alineamiento de planetas y esta película romántica era la próxima en la lista este 14 de febrero, así que por favor, que no se confunda el alcance de fecha con la película del día, que valga decirlo, está de vuelta recargada con una lista de pendientes tan larga, entretenida y diversa como extraño y sorprendente es el guión de este film.
Henry DeTamble (Eric Bana) es un bibliotecólogo de Chicago -nunca antes había visto una película donde un personaje que tenga esta profesión no tenga joroba, verrugas o pelo cano y parezca un modelo- y tiene un pequeño problema genético que sólo él y su padre conocen. Desde que tiene seis años, debido a un traumático accidente, éste se le ha manifestado: Henry viaja en el tiempo involuntariamente. De forma no lineal, generando vacíos en su vida en los tiempos desde los cuales salta y a los que luego regresa de forma desordenada, perdiéndose de muchos eventos pero adelantándose a otros sin quererlo. Henry incluso puede viajar fuera de la linea de tiempo de su propia vida, conociendo personas cuando él ya debería estar muerto. Para peor –en la tradición de los Terminators y otros viajeros- recorre el tiempo/espacio sin ropa, que cae suelta al suelo cuando él se desvanece, lo que es una incomodidad no menor cuando termina apareciendo como Adán en la mitad de la calle. Así esta película, tiene que haber batido algún tipo de record con el gran número de escenas donde vemos a Henry desnudo, buscando, robando, poniéndose ropa, perdiendo su ropa. Se suma otro inconveniente: cuando él viaja, no sabe cuanto tiempo estará en la línea temporal a la que llega. Pueden ser minutos, horas, días o semanas.
En uno de sus viajes mucho tiempo atrás (¿o adelante?), cuando Henry ya pasa de sus cuarenta años de edad, conoce muy cerca de un bosque a la pelirroja y simpática Clare (Brooklyn Prouix), una niña de seis años de la cual se hace amigo y a la que le confiesa su secreto. Como no es algo fácil de creer, convenientemente se desvanece frente a ella. Ella sonríe.
Pasan los años para Clare (Rachel McAdams), que se enamora perdidamente del viajero del tiempo mientras ella crece y anota en su diario de vida cada uno de los sucesivos encuentros con el hombre misterioso. Henry no quiere contarle mucho mucho de su futuro a las personas que conoce, un futuro que como el pasado es algo que no puede alterar y mientras él va envejeciendo en sus apariciones y aprendiendo un poco más sobre quienes lo rodean, Clare va madurando y sellando su destino con Henry. Un día en una biblioteca de Chicago Clare ya en sus treinta conoce a Henry también de la misma edad. Pero, como el lector espero entienda algo de este enredo, Henry aún no ha viajado en el tiempo en su futuro (es decir cuando él tenga cuarenta años aproximadamente) a toparse con Clare de niña, por lo que para ella es un pasado rico de apariciones con Henry, para él ella es todavía una completa desconocida.
Clare tiene que conocer de nuevo entonces a este otro Henry, uno más joven y menos sabio, mientrás el irá haciendo lo mismo al ir conociendo a la niña y adolescente Clare. El montaje empecerá a fusionar y encontrar las lineas temporales de ambos, cruzándose cuando ambos se casan, cuando uno de los Henrys desaparece y otro mayor reaparece tomando su lugar. La pareja trata de vivir una vida normal entre medio de los viajes de Henry y se enfrentan a diferentes problemas típicos y no tan típicos del matrimonio (“estoy cansada de esperarte” puede tomar otro significado..), entre ellos uno que es el más grave y triste: ell no puede dejar de perder los embarazos, pues al parecer, los fetos –que han recibido evidentemente los genes del padre- ¡estan viajando fuera del étero de Clare! lo que claro, no es una muy buena acción para un feto. Sí, impresionante. Aquí la película hace un guiño notable al incluir en su casting al actor Stephen Tobolowsky (de la temporal/existencial y maravillosa “El Día de la Marmota”) como el Dr. David Kendrick, un genetista que intenta ayudar a la pareja a detener los viajes en el tiempo del bebé y comprender la condición del padre.
Incluyendo unos notables planos secuencias que fusionan diferentes tiempos en una gran casa y otros encuentros sorprendentes que desestabilizan la forma natural en que las personas envejecen, se adaptan y se van conociendo en un tiempo lineal (¿te imaginas conocer a tu hija de nueve años cuando ella aún no ha nacido?) The Time Traveler’s Wife es un guión muy, muy ingenioso que se nutre de las paradojas de los viajes temporales para mostrar una relación de pareja atípica, que ojalá se hubiera explorado un poco más profundamente, en una comedia romántica con un toque de drama y ciencia ficción. Y “atípica” como palabrar para describir esa relación es una palabra que queda muy, muy corta.
Me llaman el desaparecido
Que cuando llega ya se ha ido
Volando vengo, volando voy
Deprisa deprisa a rumbo perdido
Cuando me buscan nunca estoy
Cuando me encuentran yo no soy
El que esta enfrente porque ya
Me fui coriendo mas alla
Me dicen el desaparecido
Fantasma que nunca esta
Me dicen el desagradecido
Pero esa no es la verdad
Yo llevo en el cuerpo un dolor
Que no me deja respirar
Llevo en el cuerpo una condena
Que siempre me hecha a caminaDesaparecido, Manu Chao
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