Stanley Kubrick, Fotógrafo
[ por: Andrés Daly ]
Uno de los libros más interesantes y originales que he leído sobre Kubrick es «Aquí Kubrick», escrito por el guionista Frederic Raphael (Darling, Two for the Road). El libro consiste en un detallado recuento de algunas de las conversaciones y encuentros entre Raphael y Kubrick durante dos años, mientras el primero escribía el guión de la que sería la última película del director: Ojos Bien Cerrados (Eyes Wide Shut). Transcripciones de conversaciones telefónicas eternas a las tres de la mañana cuando Kubrick, encerrado en su apartada mansión, llamaba a Frederic para hablarle de política, historia, sicología, sexo, de películas y televisión, de los personajes del libro que Raphael adaptaba al guión -Tramnovelle (1926) de Arthur Schnitzler- o de cualquier idea que él quisiera discutir. Un libro donde el lector decide cuanto de el es cierto como es ficción, dentro de las licencias que Frederic se toma al escribir un relato donde Kubrick es por momentos y como en cualquier otra novela (o en un buen guión), un personaje más que una persona.
«It was as if a pane of glass had always divided him from the common world. Once it was a lens, Kubrick could define himself by what he did rather than what he was: he became less man than bipod camera, somewhat like Andy Warhol, who wished he was a machine». – Frederic Raphael
La cita anterior también de Raphael no es de «Aquí Kubrick», sino que de un artículo de The Guardian con respecto a otro libro: «Stanley Kubrick: Drama & Shadows» (Phaidon) de Rainer Crone, y que resume la relación entre Stanley y el mundo a través de un lente como filtro. Esa maravilla impresa que quiero hojear pronto – ah, juntando los pesos para Amazon– es nada menos que la recopilación de las mejores fotografías profesionales que Stanley Kubrick realizó entre 1945-1950, ¡desde los 17 años! para la revista Look, como aprendiz de fotógrafo, fotógrafo freelance y fotógrafo de planta. Uno de aquellos profesionales que aprenden naciendo y haciendo, amparados en considerable esfuerzo y necesario talento. Acá van entonces algunas de las imágenes del libro, que incluye algunas de sus series: el circo, el club de jazz, el boxeo, entre otras. Todas ellas en el estilo llamado «camera noir», pariente de su contemporáneo film noir.
No puede haber una evidencia más grande -y una práctica más perfecta- para ver a un joven Kubrick desarrollando un ojo que luciría pocos años después al colgar la cámara de fotos y reemplazarla por una de veinticuatro fotografías por segundo.
*Este artículo es parte del Dossier #2: Stanley Kubrick [ febrero 2011 ]
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