Hold Me, Thrill Me, Kiss Me, Kill Me
[ por: Andrés Daly ]
Con algunas excepciones clínicas, es muy bueno alimentar las obsesiones. Esta es la segunda película de Bogart & Bacall y así, el incendio en pantalla continúa. Esta vez Humphrey Bogart da vida nada menos que al rudo detective Philip Marlowe, el inmortal personaje noir de las novelas de Raymond Chandler. El mismo que Robert Mitchum personificaría en el remake de 1978.
La enredada historia de traiciones, dinero, alucinógenos, sexo y asesinatos varios comienza cuando el General en retiro Sternwood pide llamar a Marlowe a su hogar. No han pasado ni dos minutos de película y el detective apenas ha cruzado el umbral de la casa del general cuando una bella joven se le lanza a los brazos. Maldición, eso si que fue rápido. Carmen Sternwood (Martha Vickers) es la “extrovertida” hija menor del general, y una de las grandes preocupaciones del anciano. Además hay otra hija, mayor y más guapa aun que la anterior –que buenos genes, señor General- la misteriosa hija mayor, Vivian (Lauren Bacall, en modo Femme Fatale ON, como siempre), con quien Marlowe por supuesto saca chispas apenas se da cuenta que ésta oculta algo bajo su fachada. Una máscara aún más ruda y poco sentimental que la suya.
Vivian
You’ve forgotten one thing – me.
Philip Marlowe
What’s wrong with you?
Vivian
Nothing you can’t fix.
Pero el general no ha llamado a Marlowe para que éste comience un juego de seducción con sus dos hijas, al menos no voluntariamente, más bien para que el sabueso descubra el paradero de uno de sus queridos empleados, su mano derecha, que ha desaparecido supuestamente con alguna mujer hace un tiempo. Marlowe acepta feliz. ¿Cómo no?, con ese prospecto adicional femenino doble en casa de su cliente y la muy buena paga asegurada. Lo que no sabe es que mientras más investigue, más complicada será la relación entre las hermanas y él mismo (especialmente cuando empiece a enamorarse de Vivian), más peligrosos son los diferentes hombres que cruzan las vidas de las dos mujeres –entre ellos el dueño de un casino ilegal- y para todo esto, nuestro protagonista de sombrero y gabardina –y un cigarro constante en la boca- deberá adaptarse y usar su ingenio. Espacios batante confusos se suman, como una extraña y magnética casona – es raro como siempre regresan ahí- algo retirada, donde los cadáveres desaparecen, turbias reuniones ocurren de noche y son fotografiadas por cámaras ocultas dentro de estatuas vacías y otras cosas innombrables que en 1946 sólo se podrían sugerir. ¿Suena bien misterioso, no?. Es otra joya.
[after a kiss]
Vivian
I liked that. I’d like more.
Nuevamente con Howard Hawks detrás de cámara y con William Faulkner en el guión adaptado, en «El Sueño Eterno» (The Big Sleep) Bogart y Bacall siguen demonstrando porqué son la pareja romántica más notable e intensa del cine de los 40’s a mi gusto, junto con Cary Grant y Katherine Hepburn, y como la combustible relación entre ambos sobra incluso para dos películas más de Film Noir, tramas oscuras que veré por primera vez la próxima semana: “Key Largo” y “Dark Passage”. Allá vamos, baby. Bang.
Lash Canino
What’s the matter? Haven’t you ever seen a gun before? What do you want me to do, count three like they do in the movies?
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