Los opuestos se atraen
[ por: Andrés Daly ]
Desde que la pequeña, divertida e insistente Juli Baker (Morgan Lily) vió por primera vez los ojos de su rubio y asustado vecino Bryce Loski (Ryan Ketzner), se enamoró perdidamente. Desde que nosotros vimos el rostro de repulsión de Bryce y su continuamente atarantada respuesta hacia Juli durante los años de su adolescencia, yo personalmente sólo quería vivir un momento sacado de “El Aro” de Gore Verbinski, pero invertido: insertar mis brazos en la pantalla de mi televisor y ahorcarle. Lentamente. Sin embargo, es inevitable identificarse con algunos de los momentos adolescentes de “Flipped” y el torpe comportamiento de Bryce. Después de todo, yo también viví la edad del acné, las verguenzas incomprensibles ante el género opuesto, y la familia que a veces uno preferiría esconder en momentos impertinentes. Pero Bryce es un caso límite.
Esta es una historia de amor entre dos polos opuestos, sus desencuentros durante los años y el punto medio en el que se encuentran irremediablemente. Aunque uno le desearía un mejor futuro a Juli, pero bueno, dicen que el amor es ciego. El encuentro ocurre cuando Bryce empieza paradójicamente –en materias del corazón esto también es un asunto de decisión- a hacer uso de su cerebro, a desarrollar simultáneamente algún tipo de personalidad propia, practicar autoconocimiento e intentar descubrir si es que realmente es posible – oh no, ¡no a la loca del barrio!- que ahora le esté gustando la chica que vive frente a su casa, la stalker. Sí, es posible que lo que sus amigos, el bruto de su padre y otros personajes persisten en decirle, no representan realmente los sentimientos que han cambiado ni lo que él realmente piensa de la chica cute y tomboy que intentó salvar inútilmente el árbol más viejo de la cuadra. El árbol al que ella se subía para ver el horizonte, para ver más allá del suburbio donde Bryce se complace en ser «normal».
La gran mayoría de la película ocurre en los años de adolescencia de Juli (Madeline Carroll, una promesa) y Bryce Loski (Callan McAulliffe) contándonos la historia como el título original de la película insinúa, desde dos lados. Las mismas escenas son vistas desde dos puntos de vista, el de Juli y el de Bryce, intercalándose generalmente con la voz en off de cada uno de ellos durante toda la película. Puntos de vista que evidencian además no sólo las visiones de cada género, los sentimientos ocultos o evidentes de los personajes y la madurez correspondiente de cada uno de los chicos, sino que también las diferencias familiares, sociales y hasta intelectuales/emocionales que separan a las dos familias: a los simpáticos Baker y a los cuadrados Loski.
Ambientada por suerte en los inocentes años 50’s – seguro resultaría sumamente ridícula esta historia en el 2011 – es interesante, aunque excesivamente caricaturesca, la visión de los patriarcas dentro de ambas familias, como imagen representativa de la sociedad (más) machista de su época. Esta caricatura se presenta en lo evidentemente distintos e influyentes que ambos padres son en cada una de sus familias. Steven Loski (Anthony Edwards, ex E.R., efectivamente insoportable), que es el padre de Bryce, es la imagen de la torpeza, del hombre emocionalmente castrado, frustrado profesional y personalmente y que intenta hundir, escéptico y estúpido, todo aquello que ignora y aborrece, sumido en la más absoluta y equivocada confianza de sus actos. Los Baker no són para él más que la mancha que ensucia un barrio limpio y “correcto”. Por otro lado, Richard Baker (Aidan Quinn) es el paradigma del hombre sensible. Pobre, Pintor, Perceptivo (¿Las tres “P”s?”) cuida a su hermano con retraso mental –las escenas más inecesarias y torpes de toda la película- e intenta sostener a su familia como puede.
Dirigida por el sentimental Rob Reiner (Cuando Harry conoció a Sally, La Princesa Prometida) el hombre de buenos sentimientos muy entrado en carnes – que parece un bonachón oso de felpa, “Flipped” es una película que me recordó en parte a otra gran película de Reiner, “Cuenta Conmigo”. Esa hermosa historia de los 80’s, el clásico sobre unos niños que iban de viaje a buscar a la muerte y volvían bastante más grandes y vivos que cuando se fueron. Aunque fuese sólo un verano. «Flipped» está para ser vista con una “malteada” en la mano y dispuesto a hacer un viaje en el tiempo a la adolescencia…¡de tus padres!.
P.D. Y si por tu edad esta correspondería a la adolescencia de tus ABUELOS, aparte de que acabas de hacerme sentir demasiado viejo, ¿pero qué diablos estas haciendo leyendo esta crítica?. Apaga el monitor (la consola atrás tuyo también) y mejor anda a hablar con tu vecinita… 🙂
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