Una fuerza imparable
[ por: Andrés Daly ]
Ahora sí. Luego de ese horroroso subproducto de acción y pretensión, creado para que dos estrellas de Hollywood se preocupen fundamentalmete de verse bellos y rejuvenecidos en pantalla mientras lanzan un par de frases de poco ingenio – y que vi desafortunadamente en DVD el fin de semana pasado- ahora en “Salt” de Philip Noyce, tenemos un ejemplo no de cine desechable como el anterior, sino que uno del género de acción y suspenso realizado con muy buen oficio y que goza de un personaje que llena la pantalla -más que con sus bellas facciones- y le da su apellido a la película: Evelyn Salt.
Inspirada seguramente en la notable trilogía de Jason Bourne (The Bourne Identity-Supremacy-Ultimatum), donde Matt Damon sorprendía convirtiéndose en una fuerza de violenta creatividad, determinación y voluntad implacable en busca de su pasado –y con algunas de las escenas de acción y persecución en vehículos más impresionantes que he visto, creo que me he quedado pegado en el cable viendo la que cierra The Bourne Supremacy más veces de las que quisiera admitir- aquí todo gira en torno a la agente Evelyn Salt (Angelina Jolie). Salt es una mujer de no menos talentos y capacidad para escapar de las situaciones más complejas y adversas que el propio Bourne, y como él, ella también busca algo. Tal como en la trilogía del hombre sin memoria, el espectador estará a oscuras con respecto a las respuestas y algunos de los objetivos, pero con un quiebre interesante. Nuestra protagonista, nuestra heroína, una agente de la CIA de EE.UU. que se infiltró como espía en Korea del Norte y en Rusia, puede o no puede ser la enemiga: una doble espía. Es decir, una máquina de matar creada en la ex Unión Soviética (sí, el cine de EE.UU. sigue colocándolos de villanos en el 2010) y que finge tener sus lealtades en el suelo norteamericano. Pero ¿es o no es? ¿cuáles son sus verdaderas intenciones? ¿quizás sólo trabaja para sí misma? ¿quién diablos es Salt?.
Aunque no es tampoco una propuesta de mucha originalidad –ni mucha lógica, pero más que cualquier entrega de James Bond- sí que produce un agrado al ver escenas de acción realizadas de forma seria, sin juegos ridículos, toros digitales y otras distracciones absurdas. Que mejor que un viejo director al mando (Noyce filmó la entretenida «Juegos de Patriotas» con Harrison Ford en 1992) que sepa como colocar sus cámaras y le permita al espectador crear su propio mapa geográfico o espacial de lo que ocurre: sabremos donde esta nuestra heroína (o antiheroína) en todo momento en una secuencia de acción, quienes le persiguen, desde donde y hacia que dirección van los vehículos tras ella, etc. Dirección y montaje con claridad que minimiza el espacio de la confusión que abunda en tanta película de acción filmada con los pies y con edición no apta para epilépticos.
Nota aparte merece Angelina Jolie. Total confianza y dominio de la cámara –y la cámara, de vuelta, idolotra con justicia a su estrella- exuda por cada uno de sus poros y en cada mirada. Jolie sabe perfectamente cual y como es que ha construído, poco a poco, su rol como LA mujer fuerte de Hollywood. Bien que sabe sacarle partido, convirtiendo aveces la escena más absurda e imposible en la total verosimilitud. Eso no es tan fácil como suena. Luego del último plano de la película, yo al menos, quiero saber hasta donde es capaz de llegar Salt.
P.D. La segunda parte está en camino.
Actualización (Lunes 26 de septiembre de 2011). Acabo de ver este notable video, de la serie IN THE CUT, sobre lo clara espacialmente que es la secuencia de escape de Salt sobre los techos de tres vehículos en una autopista, exactamente lo mismo que yo comentaba unos párrafos más arriba. Nuevamente, un agrado ver como un director, un montajista y un trabajo de estudiada previsualización y logística construyen una escena tan notable. Se los dejo abajo:
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