Una película al día #108: “Vanishing Point” (1971)

No puedes engañar al desierto

[ por: Andrés Daly ]

La culpa la tiene Quentin Tarantino. Hace tres años y de viaje por Chile, andaba con una película bajo el brazo, esperando la oportunidad de proyectarla cuando el tiempo y el trabajo lo permitieran. En un viejo aunque perfectamente remodelado Teatro Municipal de un pequeño pueblo, esa oportunidad se dió. A puertas cerradas y aprovechando que había que probar el sonido para otra película por la noche, junto con un amigo pusimos play y nos sentamos a disfrutar de “Death Proof” (2007) de Quentin Tarantino; la primera parte del lamentablemente fallido tandem llamado “Grindhouse”, que iba antecedido por la película “Planet Terror” de Robert Rodriguez y que en Chile nunca se pudo ver en los cines.

Delante del grupo, las dos fanáticas de Vanishing Point

Imágenes superiores: Deathproof (2007) de Quentin Tarantino

Extasiado con tremendo film, siempre quise ver las películas que dos de sus guapas, y  fantásticamente dementes mujeres protagonistas mencionan en más de una ocasión. Amantes de la velocidad, de la carretera y la adrenalina, nombran, entre otros, dos de sus grandes referentes: “Vanishing Point” (1971) y “Dirty Mary, Crazy Larry” (1974). Como Tarantino es uno de los más grandes fetichistas del cine, no es sorprendente que las chicas logren su sueño al poco tiempo en la historia y se suban a un Dodge Challenger Blanco a toda velocidad. Los veinte minutos finales de esta película en ese auto,  componen una de las más grandes persecusiones de automóviles jamás filmadas y si no la has visto, no entiendo que estás haciendo leyendo esto y que esperas para verla.

Pero vamos al origen. Ese Dodge Challenger blanco, imparable, es el que esta película, Vanishing Point, hizo célebre. Así como Bullit lo hizo con ese maravilloso Ford Mustang GT negro. Y eso que yo soy lo menos “tuerca” que hay, pero es imposible resistirse a esa pasión por el ruido del motor, las cámaras bajas, los giros y el vértigo de las escenas donde aparecen estas maravillas.

Vanishing Point es, merecidamente, una película de culto. Sino me crees, basta ver el video que Audioslave le dedicó hace unos años («Show me how to live», arriba de estas líneas), utilizando escenas originales de la película –un 95% del video esta compuesto con escenas del film- y subiéndose toda la banda, claro, al famoso bólido.

Haciendo camino en el desierto
Kowalski
«Is there anything you want?» La hippie desnuda en motocicleta conversa con Kowalski
SuperSoul, el DJ inspirado, haciendo lo suyo

Super Soul

And there goes the Challenger, being chased by the blue, blue meanies on wheels. The vicious traffic squad cars are after our lone driver, the last American hero, the electric centaur, the, the demi-god, the super driver of the golden west!

Kowalski sonríe en el desierto…

La historia de esta película es bastante simple por no decir básica. Kowalski (Así, sin nombre. Cool), es un hombre que inexplicablemente decide manejar su pálido automóvil, sin detenerse y en menos de quince horas entre dos distantes puntos de la geografía norteamericana. Solitario, silencioso y ensimismado en sus recuerdos –que aparecen via flashback cada cierto tiempo, revelándonos poco a poco su historia personal- y con la excusa de hacer todo esto para ganar una apuesta, Kowalski acelera y acelera, esquivando todo a su paso, mientras es perseguido por una veintena de autos policiales de cada estado al que hace morder el polvo. En un pueblo pequeño, SuperSoul, un DJ local de color y ciego, convierte a Kowalski en un héroe nacional con sus inspirados monólogos y trata de ayudarlo a través de la radio. ¿Logrará Kowalski escapar? ¿Pero de quién escapa realmente Kowalski?.

Road Movie memorable, Vanishing Point es la razón por la que existen las carreteras, por la que las cámaras deslizándose cerca del pavimento te pueden maravillar y el brutal sonido de un motor en tus parlantes puede dejarte felizmennte aturdido. Cuando la sensación de cruzar un desierto con Kowalski se convierte en una experiencia, más que una película, estás viendo algo más que interesante. El australiano George Miller también lo sabía, y ahí estuvo la trilogía original de “Mad Max” (1979-1985) para probarlo. Gracias, Tarantino.

Super Soul

This radio station was named Kowalski, in honour of the last American hero to whom speed means freedom of the soul. The question is not when’s he gonna stop, but who is gonna stop him.

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