[ por: Lourdes Barrios ]
- Ubicación en el film: 0:00:00 – 0:08:00
- Duración del plano secuencia: 8 min
- Distancia recorrida por la cámara: 250m
El plano secuencia, ubicado al inicio del film (El Juego de Hollywood, El Jugador o «The Player», 1992, de Robert Altman), ofrece al espectador una visión general objetiva de la trama. Le informa a grandes rasgos lo que está ocurriendo, posicionándolo dentro de la historia y las conexiones de los personajes que se entrecruzan en el escenario principal: un estudio de cine.
El plano secuencia comienza al inicio de la película en un plano cerrado sobre un inmenso cuadro que ya comienza dando una pista sobre la trama de la película: el cine, las estrellas, los medios de comunicación, todos interviniendo unos a otros e interrelacionándose.
La cámara se aleja y aparece el primer personaje, seguido por la paródica palabra acción! Que, figurativamente, indica el inicio de la filmación. Otro personaje participa, y desde el interior de ese espacio la cámara sale en retroceso al exterior sin perder la vista en estas dos asistentes que van perdiendo importancia a medida que se aleja.
Una vez en el espacio abierto se deja ver el escenario principal: un estudio de cine. La cámara se eleva y con una especie de “vuelo de pájaro” muestra un plano general, como mostrando su alcance, el espacio donde va a desplazarse durante todo el recorrido del plano secuencia. También muestra interrelaciones de los personajes desde el punto de vista jerárquico, al igual que los edificios, que a medida que transcurre la filmación demuestran tener usos diferentes dentro de esta jerarquía.
Podría decirse que los personajes van apareciendo coreográficamente. Todos los factores están perfectamente sincronizados: la cámara, la música, los créditos, los personajes. La cámara gana y pierde la atención en ellos, acercándose y alejándose en cuanto otro sujeto aparece, el cual también recibe atención y así sucesivamente. Iniciando en un plano detalle, va a plano general, plano medio, primer plano y viceversa, de manera gradual y fluida. Actúa como una serena observadora, al margen del movimiento y la dinámica del lugar.
Sus mismos movimientos hacen reconocer al personaje principal, este es al que más atención dedica, por más tiempo. Lo observa desde el exterior, a través de la ventana, haciendo notar su importancia con este diferenciado trato. Esto ocurre aproximadamente tres veces durante el plano secuencia.
Luego vuelve a posar las visuales en personajes secundarios que se mueven en el exterior, unos más importantes que otros, pero todos aportan detalles, pistas sobre la trama de la película. Este es uno de los grandes valores de este plano secuencia, prácticamente explica todo el tema del film, es una increíble síntesis de las dos horas sucesivas. Sobre todo describe eficientemente y desde un punto de vista crítico las conductas propias del ámbito hollywoodense: negociaciones, inversionistas, escritores – productores, entre otros.
Existen dos puntos de quiebre en el plano secuencia, que es necesario hacer notar. Son los únicos dos planos detalle, que resumen el argumento de la película: postales amenazantes al personaje principal que llegan en el correo sin remitente y que son en gran parte detonantes de los sucesos que vendrán más adelante.
En la mitad de la secuencia, el primer quiebre es un punto de encuentro, de choque entre varios personajes y la cámara, es esta la única vez en que se acercan tanto y esto, evidentemente, tiene una razón de ser clara, la primera pista, la primera vez que es mostrada la postal, aunque todavía no se sabe que esta relacionada con el protagonista, esto es lo que se demuestra.
El segundo punto es el final del plano secuencia. Cuando finalmente la postal llega a manos del protagonista. Y se hace aún más obvia su relevancia.
En este plano secuencia es posible ver como la cámara puede demostrar con sus movimientos, muchos detalles implícitos de l trama de un film. Es prácticamente demostrativa, sin palabras. Es muy importante la sincronización de los personajes y las distintas maneras en que se desplazan bien sea peatonal o vehicularmente, también en bicicleta, por el escenario principal. La coreografía es un factor para nada menor. La fluidez del movimiento es en extremo interesante, la gradualidad de los planos, los acercamientos y alejamientos de la cámara, mostrando un poco de cada personaje, de cada situación y haciendo énfasis en aquello que es importante. Ella lleva al espectador, lo introduce en la historia y lo deposita allí para quedarse durante todo este viaje.
Lourdes Barrios Ayala es alumna del curso optativo Cine+Arquitectura en la Facultad de Arquitectura de la Universidad Andrés Bello, en el primer semestre del año 2010. Actualmente cursa la carrera de Arquitectura. La publicación de su ensayo en este sitio -siendo esta una de cuatro tareas dentro del curso- forma parte de la difusión realizada a un conjunto destacado de ensayos realizados por los alumnos durante diferentes semestres.
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