Una película al día #89: “Fiesta Patria” (2006)

Tiki tiki ti

[ por: Andrés Daly ]

Cincuenta y cinco películas atrás en este ciclo, vi Bastardos en el Paraíso (2000), una interesante historia de exilio (al menos conceptualmente) pero que en factura técnica, actuación (the horror!) y principalmente dirección, a través del formato semidocumental/videoclip/televisivo que proponía, no me dejó muy impresionado. Luis R.Vera, su director, realiza seis años después la muy chilena –en su título, ¡bienvenida es en estas fechas!- Fiesta Patria.

Debe ser la primera película chilena que transcurre, casi enteramente, en torno a un interminable asado dieciochero. En una parcela, dos familias y sus conocidos se reúnen, además de las fiestas patrias, para celebrar la próxima unión de sus hijos, Macarena (Adela Secall) y Álvaro (Tiago Correa). Macarena, intermitente protagonista en esta historia más bien coral, es la hija de Antonio, un (ex)militar (Nelson Brodt) e Isabel (Marcela Osorio), su siempre afligida madre, los anfitriones de la fiesta. A esta se unen una veintena de variopintos personajes: un anciano en silla de ruedas idéntico a Augusto Pinochet, una nana mapuche y otra peruana, unos insoportables cuicos, una gringa y su marido que fue exiliado, Ernesto (Patricio Contreras, La Frontera) el “tío perdido” y  sin pelos en la lengua, fanáticos militares, socialistas, ex comunistas, un cura, un abogado, la “tía perdida” suelta de ropas, sobrinos, primos, amigos, etc. Un zoológico nacional que está más que claro que pretende representar. El problema está en el cómo.

Momentos más felices. Los padres de Macarena y su novio, en la carretera.
El título, sobreimpuesto sobre la nana mapuche del ex-militar.
La mejor escena; la llegada de Ernesto (Patrio Contreras).
Pinochet en versión Looney Tunes

“(Fiesta Patria es) un acto de provocación… es una metáfora del estado social y moral de Chile» – Luis R.Vera

Bomba con visor de números digitales, esos grandes, en rojo y con una voz femenina contando en voz alta en tiempo regresivo, Fiesta Patria, como acto de provocación totalmente premeditado, resulta al final, con la revelación de sus horribles secretos y el encuentro entre los dos lados, un ejercicio un poco fastidioso, principalmente, en la forzada estereotipación de todos los personajes involucrados. Ambiciosa, y por culpa de la gran cantidad de personajes reunidos, no tiene tiempo para desarrollar y cerrar realmente a ninguno de ellos; aunque Osorio y Contreras vaya que sí se lucen en cada segundo que están en pantalla.

Dos lados: «hagamos un salud».

Como con Bastardos en el Paraíso vuelvo a sentir nuevamente ese peso, denso, de una trama y un concepto interesante, que si bien, está enfrascada, otra vez, en ese cine profundamente político –que nada tiene de malo, mientras esquive el discurso fácil, porque ya no estamos en época de panfletos-  lamentablemente, aquí falta sensibilidad, creatividad e inteligencia para hacerle el quite a los lugares comunes –y a los desnudos inecesarios, independiente de la indudable belleza de Katty Kowaleczco y Adela Secall- para darnos una fiesta patria inolvidable, la película que por fin sellara los duros recuerdos de una época que dividió un país, y lo sigue dividiendo hasta el día de hoy. Cine de muy buenas intenciones (reflexivas, pero no cinematográficas), pero realizado con brocha gorda rodillo.

P.D. ¡Felices Fiestas Patrias a todos!

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