Pixeles, luces y fama
[ por: Andrés Daly ]
Toby (Michael Pitt, muy perturbador en “Funny Games” de Michael Haneke), es un joven y apuesto vagabundo en Nueva York que le gustaría ser, vagamente, un actor. Con un inicio popero y color corrected, lo vemos buscando comida, monedas, robando y durmiendo en la calle, hasta que conoce por casualidad a un personaje: el fotógrafo Les Galantine, interpretado por el gran Steve Buscemi.
Galantine es un paparazzi bocón, oportunista, bipolar y poco simpático que, junto a otros paparazzis –que son tan amigos como competencia directa- espera afuera de un edificio para fotografiar a K’Harma Leeds (Alison Lohman, la rubia de la increíble “Drag me to Hell” de Sam Raimi), que es la estrella pop del momento y una muy divertida y aveces ácida referencia a Britney Spears.
Toby y K’Harma se miran a los ojos y como sólo ocurre en las películas, se enamoran a primera vista. Pronto, Toby se convierte en el asistente fotográfico del insoportable Les, que decide acogerlo en su casa, dentro de un closet para ser mas precisos. Cuando los caminos de Toby y K’Harma se vuelvan a cruzar y exista la posibillidad de una real conexión romántica, el verdadero confidente y único amigo del solitario fotógrafo se podrá preguntar: ¿puede cambiar Les?.
«Delirious» es una entretenida película de Tom DiCillo que se soporta en tres pilares, que son los tres personajes ya mencionados; en la lamentable vida del neurótico Les, que desearía y predica ser quien no es y nunca podrá ser; en la ingenuidad casi angelical y misteriosa de Toby y finalmente en una estrella con el corazón roto y una vida rápida, llena de stress y risas falsas (que ya sabemos a donde llevó a Spears), de la bella K’Harma.
Lamento solamente el abrupto quiebre al final, con una secuencia poco justificada en que el personaje de Les empieza a tomar un camino excesivamente psicopático y violento, pero que, a pesar de ello, termina demostrándonos el infinito carisma de Buscemi. A pesar de los actos finales de su personaje, la audiencia sigue queriéndolo, aún cuando se acerca y mira a los ojos de un feliz Toby, por última vez, sin que éste lo comprenda todo.