Bienvenido al Retro-Futuro
[ por: Andrés Daly ]
¿Cual es el objetivo de la tecnología aplicada? ¿es realista pensar en el futuro rediseño de nuestras ciudades – a gran escala y desde cero – de nuestra forma de vida, de la sociedad, para que esta sea más eficiente con los recursos limitados (planetarios y también los propios del ser humano: una especie constituída por tiempo y energías específicas en su paso por la Tierra) o estamos simplemente frente a una ingenua utopía?
Jacque Fresco no puede descansar. Es un creyente. Mas que eso, es el principal Predicador, el Arquitecto del Templo y el Gobernador de una antigua ciudad llamada Futurismo. Como el movimiento italiano de principios del Siglo XX del mismo nombre, este hombre de ocho décadas, lleva 60 años dedicándose al completo diseño de un mundo que aún no hemos visto, más que en las películas, los libros de ciencia ficción y algunas portadas de revistas, como «Mecánica Popular», «Conozca Más» y «Muy Interesante».
Una utopía, para muchos – y me sumo al ver varios de sus diseños retrofuturistas, como las ciudades submarinas o sus automóviles – sin embargo, donde existe la diferencia que convierte a Fresco en un hombre fascinante y un buen sujeto para este documental de William Gazecki, es su cuestionamiento de la sociedad y sus ambiciones por rediseñarla, de la misma forma en que piensa en la forma ideal de construir edificios de oficina, de vivienda, sistemas de transporte, y hasta un w.c. ecológico. Todo esto desde su «Proyecto Venus», una comunidad creativa localizada en un paraje ecológico donde Fresco y sus colegas viven y trabajan creando soluciones que intentan mostrar al mundo.
De la injusticia detrás de los sistemas económicos, religiosos y políticos que la controlan, en palabras de Fresco, para mantenernos «calmados» y laboriosos, alejados del pensamiento y listos para reclamar un mundo mejor, en otra vida, pero no en esta, Fresco da varias de sus ideas para un cambio social, siempre a partir del diseño.
Buen documental tan sólo gracias a la presencia de Fresco, pero con una música realmente detestable e incomprensible – aveces parece un básico Midi – que ensucia algunas de las entrevistas. A pesar de la ineptitud del director y el montajista que tratan de darle sentido al desorden de los tópicos mostrados, logran registrarse algunas conversaciones muy interesantes y al mismo tiempo, ancladas a la realidad. Un pequeño gran hombre, tras vivir 60 años en la periferia cultural – a pesar de haber trabajado para NASA y otros contratistas – ha creado, incansable, soluciones para un mundo que habita en su cabeza. No se cansa de mostrarnos sus juguetes, sus maquetas, sus dibujos, las ideas que lo siguen moviendo a crear y cuestionar el mundo deficiente donde vive. Aunque los que escuchen sean pocos.
Más imágenes en la galería: