[ por: Andrés Daly ]
Moving Midway, especie de minga* norteamericana, es un documental escrito, narrado y dirigido por el crítico de cine Godfrey Cheshire, que ha escrito en revistas como The New York Times, Variety, The Village Voice, New York Press, Interview, Film Comment, Oxford American, y The Independent Weekly.
Lo que a primera vista me parecía que sería solamente el diligente registro del traslado de una antigua vivienda de madera desde una ubicación a otra, debido a la futura construcción de un infecto Shopping Mall y la expansión de una autopista, en los antiguos terrenos donde la casa se ubicaba; una plantación de algodón que funcionó durante principios del siglo XX, se terminó convirtiendo en una agradable caja de sorpresas.
Cheshire no sólo investiga en profundidad las raíces de su familia y la forma en que ella se liga a la historia de la plantación de Midway, de la que fueron y siguen siendo dueños, sino que se propone un objetivo un poco más ambicioso, global y resonante: enmarcar a través de la historia de esta vivienda, quienes la habitan, visitan y el inminente hecho de su transporte; la evolución histórica y también audiovisual entre las relaciones sociales y raciales entre blancos y negros en EE.UU.
Efectuando un salto constante (hacia adelante y atrás) entre la esclavitud de los negros en los campos de algodón, en el sur de EE.UU. antes de su abolición en 1865 (fecha en que cae el esclavista Sur ante el Norte en la guerra civil),y la actualidad, donde la familia de Cheshire se divide no sólo entre los blancos acomodados que poseen Midway, sino que en la extendida familia negra a la que descubren emparentarse debido a la relación de uno de sus antepasados con una cocinera de color en la plantación. Sorpresa, sorpresa.
Recurriendo a D.W.Griffith y el racismo de «The Birth of a Nation», el sueño idílico de Victor Fleming y su «Gone with the wind» y la brutalidad televisa de «Roots», entre otras; Cheshire fortalece el arco antes mencionado del documental, nos revela la mitología norteamericana detrás de los campos de algodón, su absurdo arribismo europeo y el supuesto «buen amo» para luego mostrarnos el otro lado, las cárceles de las plantaciones, y en la actualidad, la cara de su interlocutor de color (el nieto de un hombre nacido como esclavo en Midway) sorprendido al ver una representación actual de una batalla de la guerra civil en el Sur (por suerte pierden), y su felicidad al pensar en el concreto que tapará para siempre la tierra de Midway cuando el Mall se establezca «donde nunca más, algo de tanta magnitud histórica, deberá tener lugar».
Principalmente dedicada a las personas que habitaron y habitan esta casa, y su paulatina apertura a la familia extendida de color, Moving Midway nos transporta en parte, dentro de esta casa móvil, a un tiempo injusto, a refrescar una herida que no se ha cerrado y que tiene, por supuesto (a pesar de las correctas relaciones entre la nueva familia de Midway), aún hoy, a ver otros esclavos, hombres de color trabajando, con cadenas, tablas de acero y pistones hidraúlicos, bajo la casa de un hombre blanco adinerado, que viaja sobre un camión.
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1. Aquí puedes leer una muy muy buena entrevista de Keith Uhlich (de The House Next Door) a Cheshire, en Senses of Cinema.
2. «Minga» según su acepción chilena: tiradura de casa.