[ por: Andrés Daly ]
Muy buena comedia dirigida por George Cukor, el rey (¿o la reina?) de las llamadas «comedias refinadas» de los años 40 en Hollywood. Esas comedias que deben de haber tenido como mínimo unas 300 páginas de guión, con la abrumadora cantidad de diálogo hablado a toda velocidad por sus protagonistas. ¡Y que diálogo! observaciones agudas, humor negro y doble sentido en casi todo momento; esta es la historia de Johnny Case (que buen nombre de personaje. Johnny Case. Personificado por Cary Grant), un sujeto bastante sarcástico, que se enamora de la engreída hija de un poderoso empresario.
«When I find myself in a position like this, I ask myself what would General Motors do? And then I do the opposite! – Johnny Case»
La novia, bastante aburrida hay que decir, quiere que Johnny siente cabeza de una vez y deje algunos de sus extravagantes sueños para trabajar con su padre, cuando de pronto, entra un Dios. Perdón, la señorita Katharine Hepburn quise decir. Nuevamente, Hepburn demuestra porqué es la única actriz que ha ganado 4 Oscares y ha tenido 12 nominaciones (sí, puedes llorar, Meryl Streep).
Su personaje, «Linda» es algo así como un huracán. Pronto, se descubre culpablemente atraída al novio de su hermana (como lo hará Gable). El personaje es inolvidable y tiene un atractivo que resulta extraño y difícil de explicar…quizás todo se resume en esa fortaleza de carácter tan distinguible en ella como en todos los personajes femeninos de Cukor (y el carácter de temer que la verdadera Hepburn tenía debe de haber sumado también). El juego constante (hace unas acrobacias insólitas con Grant) y por último, la natural complicidad que tiene con su co-protagonista, con quien hizo otras tres películas (dos con Cukor).
Y bueno ¿con quien se queda Johnny?. Parece obvio.
«You’ve got no faith in Johnny, have you, Julia? His little dream may fall flat, you think. Well, so it may, what if it should? There’ll be another. Oh, I’ve got all the faith in the world in Johnny. Whatever he does is all right with me. If he wants to dream for a while, he can dream for a while, and if he wants to come back and sell peanuts, oh, how I’ll believe in those peanuts! – Linda Seton»
Para ver poniéndole mucha oreja al inglés original, porque los subtítulos están asesinos y se pierde mucho del humor en el texto original.