Multicines Vitacura

[ por: Andrés Daly ]

Un poco más afortunado que los demolidos cines Las Lilas y Las Condes en la zona oriente de Santiago, el hoy desaparecido Multicine Vitacura, ubicado en Los Cobres de Vitacura (icónico aunque arquitectónicamente desafortunado centro comercial en la comuna del mismo apellido, inaugurado unas tres décadas atrás, y que hoy está rebautizado como «shopping»); apagó sus dos proyectores el 4 de junio de 2008. Renovación de por medio y poco más de un año después, actualmente tiene la oportunidad de resurgir, si bien ya no como un cine, como un -autodenominado- Centro Cultural.

«El arriendo lo tomó una sociedad llamada Magnolia, integrada por un grupo de personas entre las que está Peter Pollak, empresario gastronómico socio de restaurantes como Dominga y Amandita». – Fuente: EMOL.

Aún quedan asientos numerados...

A través del vidrio

Las dos salas del entonces Multicine Vitacura pertenecían a Chilefilms, ex-dueño de casi todas las salas de cine «de barrio»; aquellos teatros tradicionales en las comunas de Santiago, Providencia, Vitacura y Las Condes. Chilefilms, caído -por K.O.- ante la irrupción de las grandes cadenas de Multicines de 8, 10, 12 y más salas de cine, durante mediados de los años 90’s en Santiago, vendió estas salas en un proceso de una década y rápidamente se adaptó a este cambio, abrazando la nueva tipología a través de la cadena «Cinemundo«, presente en Santiago como en Regiones. De las antiguas salas de este grupo, solo el antiguo Gran Palace (Huérfanos 1176) permanece en funcionamiento con sus 4 salas.

Foto: El Mercurio

Los porta afiches vacíos se encuentran en varias partes del interior y exterior del Centro Comercial

Tuve la oportunidad de ir más de una vez al Multicine Vitacura – recuerdo en particular el re-estreno -inecesario y asquerosamente exitoso- de «Star Wars» en 1997; esa hora de espera antes de entrar a la sala, en ese oscuro y poco agradable espacio subterráneo frente a las puertas de vidrio que cierran el foyer, rodeado de una masa enfervorizada de fanáticos que no dudó en avasallar al funcionario del Multicine (al cual no le quedó más que renunciar al corte de boletos), correr las escaleras hacia abajo y buscar en el caos mi asiento no numerado (pues no siempre las funciones eran numeradas). Si bien las salas no se destacaban por su imagen ni el audio, sí fueron parte, en sus últimos años, un aporte al ser una pequeña ventana -hoy cada vez más reducida – de lo que se denomina «Cine Arte» o mas bién cine «poco tradicional» o independiente en el circuito actual, dominado por las mismas cintas y los mismos estudios.

Fuente: EMOL

La confitería se convierte en Bar. El acceso a las salas (subterráneo) en medio de los pilares.

Hoy, el Centro Cultural Amanda se perfila como un espacio abierto principalmente a la música y al teatro.  Ante el fin que otros de los cines en Santiago y Regiones han tenido (demolición, templos religiosos) bienvenido sea. Se presenta lo que queda de este mes la bien criticada obra «Mi joven corazón idiota«, hasta el 12 de julio.

De curioso, un domingo por la mañana, he sacado algunas fotos no muy buenas que he colocado en este post. Las actualizaré con algunas mejores cuando pueda ir a alguna de las funciones de teatro, en este «nuevo» espacio escénico, una visita a su interior que seguramente traerá adjunta e indisiluble, esa rara sensación que llaman Deja vu.

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