[ por: Andrés Daly ]
La fotografía de arquitectura es un arte complejo que requiere no sólo la capacidad técnica mínima del fotógrafo para capturar un espacio en una exposición -analógica o digital- al menos básicamente adecuada y una racional ubicación y/o ángulo de la cámara frente al objeto, sino que, además, se necesita la capacidad sensible (y en el mejor de los casos el talento) para saber «ver» la arquitectura, para transmitir a través de una serie de fotografías – un medio bidimensionalidad – la especificidad de esa obra, saber capturar la espacialidad y luz que se contiene y es capaz de adentrar este edificio, clarificar las dimensiones y materialidad intrínseca de su construcción, tanto en el interior como en su exterior. Esta área de la fotografía es también en gran parte – y muy lógicamente- un instrumento de marketing: para los arquitectos, constructoras y proveedores que han trabajado en conjunto para desarrollar, ojalá (son las pocas), una obra de arquitectura que una funcionalidad con belleza estética.
Aunque ya había sido posteado en Plataforma Arquitectura y en el estupendo blog de Jorge Gorostiza, se me había olvidado darle una mirada a este cortometraje de Alex Roman, o mejor dicho, Jorge Seva, pues Alex Roman es el seudónimo de este artista digital 3D, que ha trabajado en distintas empresas de efectos visuales e infoarquitectura en España.
Con una duración de 12 minutos, este cortometraje, además de ser un brutal portafolio para su autor, tiene algunos momentos destacables, que poseen una exquisita atmósfera, encuadre, interesantes enfoques (y excesivos desenfoques, es demasiado repetitivo el recurso), iluminación y «fotografía» virtual bastante espectacular.
Alex Roman escoge, de los edificios representados, algunos encuadres notables que construyen esta falsa espacialidad, completamente digital, pero que al menos tienen la conciencia de ser algo más parecida a la labor de un fotógrafo que pudise entrar a este espacio virtual, que a su vez está imitando un edificio real. A pesar de su final casi new age y el engolosinamiento por las esferas de agua, vale la pena ponerle play de todas formas, y en pantalla completa:
«Siempre me ha fascinado al realismo de tus imágenes, dime, aparte de muchas horas de trabajo, ¿cuál es el secreto?.
Lo de las horas de trabajo es cierto pero soy un tío muy vago y me cuesta muchísimo arrancar. Una vez en marcha, me tiro horas sin parar, pero el principio es durísimo.
Al margen, no creo que haya ningún secreto, pero sí hay una cosa que siempre he tenido clara y son los modelos a seguir. Me explico. Rara vez me fijo en trabajos CG como modelo de inspiración. Creo que eso me crearía un error relativo en cuanto a realismo que finalmente me llevaría a un error absoluto.Mi inspiración suele recaer, casi siempre, en fotografía profesional, cine y publicidad.
Observar, observar y después… observar un poco más modelos reales.
¿Cuáles son tus herramientas principales de trabajo?.
Principalmente 3ds Max para modelado y animación, V-Ray como motor de render, Photoshop para texturización y After Effects para la postproducción.Ah! y una herramienta fundamental en nuestros días, Google 🙂
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Regresando al proceso de creación del corto “The Third & The Seventh”, ¿cómo te planteaste la realización de los diversos y numerosos planos que lo componen?.
Al final han salido unos 150 planos (plano arriba, plano abajo)… ¡y no tenía esta intención en un inicio ni en broma!. La estructura inicial que me planteé era una simple recopilación de las escenas que había estado haciendo, poniendo cámara animadas y poco más.
Pronto me di cuenta de que iba a ser un verdadero tostón, razón por la que me replanteé todo el proyecto de nuevo, quería hacer un verdadero guión. Al final me quedé a medio camino entre ambas ideas.
Finalmente, el corto se resume en una especie de viaje a través de los ojos de un fotógrafo. Lo que sí tenía claro desde un principio fue la estructura evolutiva de lo particular a lo general: de planos cercanos mostrando partes en detalle , hasta una vista general. De la naturaleza muerta al mundo animado, pasando entre medias por el movimiento de la luz.
Por otro lado, si te refieres a si trabajo con “storyboards” de planos cerrados, la respuesta es que no. Sin duda es una muy mala costumbre que tengo y que he podido observar en este trabajo, de haberlo hecho así me podría haber ahorrado muchísimo tiempo.
No es que haya sido un verdadero desastre, pero cuando te pones a montar las secuencias, te echas las manos a la cabeza porque de repente te das cuenta que lo que tienes hecho no te vale, bien por falta de ritmo, de planos que faltan para completar la edición, …
¿Cuánto tiempo te ha llevado terminarlo?.
En total, alrededor de un año y medio, con varios parones durante el desarrollo. Creí que nunca lo terminaría. Empezaba a ser una pesadilla, pero al ver la reacción de la gente ante los primeros “teasers” que fui publicando en Internet, me daba ánimos para continuar.»
Fuente: Extracto de entrevista en Dimension 2.5
Algunos de los edificios que aparecen en el cortometraje son: The Milwaukee Art Museum (Eero Saarinen, Santiago Calatrava), Phillips Exter Academy Library (Louis Khan), The Disney Concert Hall (Frank Gehry), The Forest Refuge (ROTO), German Pavillon in Barcelona (Mies van der Rohe), Shiba Ryotaro Museum (Tadao Ando).
El sitio oficial del cortometraje esta aquí. Para ver el making of del cortometraje, por si no lo puedes creer, esta acá abajo, en dos clips. Sí, a excepción del «camarógrafo», las flores en time lapse y las nubes, todo lo que viste es digital.